En una medida que ha generado tanto esperanza como un intenso debate, el gobierno de Cancún ha puesto en marcha un programa que redefine la relación entre los ciudadanos y el acceso a los servicios públicos. Un total de 90 colonias, muchas de ellas sumidas en la irregularidad por décadas, ahora tienen la posibilidad de «donar» sus calles y áreas comunes al municipio. El objetivo: destrabar la inversión pública y llevar, finalmente, servicios como pavimentación, drenaje y alumbrado a miles de familias.
Esta iniciativa expone una profunda herida en el tejido urbano de Cancún: una «deuda de infraestructura» acumulada durante años de crecimiento acelerado y desordenado, que dejó a vastas zonas de la ciudad en un limbo legal y sin servicios básicos.
¿Un Acto de Generosidad o una Obligación del Estado?
La palabra clave que enciende la controversia es «donar». Para las autoridades, es el mecanismo legal necesario para que el Ayuntamiento pueda tomar posesión de las vialidades y, por ende, invertir presupuesto público en ellas. Sin esta cesión formal, cualquier inversión podría ser considerada un desvío de recursos al realizarse en propiedad privada.
Sin embargo, para muchos residentes, la medida se siente como una condición impuesta para recibir derechos que consideran básicos. Después de décadas de pagar sus predios y vivir sin servicios adecuados, se les pide que realicen un trámite adicional para que el gobierno cumpla con lo que ellos ven como su obligación fundamental.
Este modelo no es nuevo. El propio Ayuntamiento ha destacado que la medida sigue el precedente de donaciones históricas, como la de 422 hectáreas que incluían 19 colonias irregulares, algunas con más de 30 años de espera por una respuesta de las autoridades.
El Proceso para Salir del Abandono
El Instituto Municipal de Desarrollo Administrativo e Innovación (IMDAI) ya ha comenzado los trabajos técnicos para hacer viable el programa. Sus equipos de topografía están realizando los levantamientos necesarios para delimitar con precisión los lotes privados y las áreas que serán cedidas como vialidades y equipamiento urbano.
Los puntos clave de esta medida son:
* Beneficiarios: 90 colonias en proceso de regularización en Cancún.
* Mecanismo: Donación de vialidades y áreas comunes al patrimonio municipal.
* Objetivo Final: Permitir la inversión en pavimentación, drenaje, alumbrado público y otros servicios.
* Problema de Fondo: Resolver la situación de abandono de zonas que crecieron de manera irregular, superando la capacidad de planificación del gobierno.
La medida plantea un debate crucial sobre el modelo de gobernanza en uno de los municipios más ricos de México. Mientras se realizan inversiones masivas en la zona turística, como el Puente Nichupté , la infraestructura básica en las colonias populares depende de una vía legal que transfiere la iniciativa a los ciudadanos. La pregunta que queda en el aire es si este programa es una solución pragmática a un problema complejo o la evidencia de un Estado que, históricamente, ha fallado en garantizar un desarrollo urbano equitativo para todos sus habitantes.
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