Cada día, millones de mujeres enfrentan violencia en sus distintas formas: física, emocional, sexual, económica. A menudo estas agresiones se ocultan bajo un manto de normalización cultural y silencio colectivo. La filósofa Hannah Arendt hablaba de la «banalidad del mal» para referirse a cómo lo atroz puede parecer cotidiano; esta idea resuena hoy en el contexto de la violencia de género. Es un mal ubicuo que, por su prevalencia, ha sido absorbido como parte de nuestra normalidad.
La normalización de la violencia: un problema cultural profundo
En nuestras sociedades, la violencia contra las mujeres no solo es tolerada, sino que está glorificada en ciertos productos culturales. Películas, canciones y libros retratan abusos de poder y relaciones violentas como narrativas aceptables o incluso románticas.
Sin embargo, cuando las mujeres deciden hablar de las agresiones que han vivido, la reacción suele ser incómoda. Se desvía la mirada, se cuestiona su testimonio o simplemente se les silencia. La violencia es admitida como ficción, pero rechazada cuando es realidad.
Este silencio no es inocente. Al callar, perpetuamos una cultura que tolera la violencia, que minimiza el dolor de las víctimas y que protege a los agresores.
El ejemplo de Gisèle Pelicot: cambiar la vergüenza de lado
En un caso que ha sacudido a la opinión pública, la activista Gisèle Pelicot decidió enfrentar un juicio por violencia de género sin ocultar su identidad. Su valentía ha sido un grito de guerra: «Que la vergüenza cambie de lado».
Con su acción, Pelicot ha puesto rostros a las historias que suelen ocultarse tras el anonimato. Ha señalado a los agresores y exigido que el peso del señalamiento recaiga en ellos, no en las víctimas.
Su mensaje es contundente: no basta con hablar de la violencia, también debemos cuestionar cómo la silenciamos, y exigir que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
La omnipresencia del mal: estadísticas alarmantes
Los números son devastadores. Según la ONU, una mujer es asesinada cada 10 minutos en el mundo, y muchas más sufren violencia física, emocional o sexual. Sin embargo, estas cifras son apenas la punta del iceberg, ya que la mayoría de los casos no se denuncian.
En México, 7 de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, según datos de la ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares). Estas cifras no solo reflejan un problema estructural, sino también la normalización cultural que permite que esta violencia persista.
Las secuelas invisibles: una batalla interna constante
Hablar de violencia de género no es fácil. Las víctimas enfrentan no solo el trauma del abuso, sino también las secuelas emocionales, como la depresión, el insomnio y la ansiedad.
Aun así, muchas mujeres, como la autora de este testimonio, deciden alzar la voz. No para revivir su dolor, sino para visibilizar las consecuencias de un problema que afecta a millones de mujeres y para exigir un cambio real.
¿Qué podemos hacer para romper el silencio?
- Cuestionar las narrativas culturales: Dejar de glorificar relaciones tóxicas y prácticas abusivas en los medios.
- Escuchar y creer en las víctimas: Validar sus experiencias sin juzgarlas ni minimizar su dolor.
- Exigir responsabilidad a los agresores: Cambiar la narrativa para que la vergüenza recaiga en quienes cometen violencia, no en quienes la denuncian.
- Involucrar a los hombres: Ellos son una pieza clave para desmantelar la cultura de la violencia. No se trata solo de alzar la voz, sino de asumir la responsabilidad de sus acciones y cuestionar sus propias actitudes.
El silencio debe cambiar de bando
Hablar de violencia de género no es cómodo, pero es necesario. Cada testimonio público es un acto de resistencia contra una cultura que insiste en callar a las víctimas.
Gracias a mujeres como Gisèle Pelicot y a todas aquellas que alzan la voz, estamos un paso más cerca de un cambio cultural profundo, donde el silencio y la vergüenza dejen de ser la carga de las víctimas y pasen a ser un peso que los agresores deban llevar.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR