Fontana di Trevi se convertirá en uno de los monumentos más emblemáticos de Europa en implementar un cobro directo a turistas, como parte de una estrategia del Ayuntamiento de Roma para regular la masiva afluencia de visitantes y proteger el patrimonio histórico. A partir de febrero, quienes deseen acercarse a la famosa fuente deberán pagar dos euros, mientras que los residentes de la capital italiana mantendrán el acceso gratuito.

La medida, anunciada por el alcalde Roberto Gualtieri, busca equilibrar la conservación del sitio con la presión turística que enfrenta la llamada Ciudad Eterna, uno de los destinos más visitados del mundo.
Control de acceso sin perder la vista gratuita del monumento
Aunque se aplicará el cobro, las autoridades aclararon que la Fontana di Trevi seguirá siendo visible de manera gratuita desde la plaza pública. El pago será obligatorio únicamente para quienes quieran acceder a la zona más cercana a la fuente, donde tradicionalmente los turistas se concentran para tomarse fotografías y lanzar monedas al agua.
De acuerdo con el alcalde, esta fórmula permitirá reducir la saturación, mejorar la experiencia del visitante y reforzar la seguridad en un área donde la presencia de carteristas y aglomeraciones se ha vuelto frecuente.
Fontana di Trevi: Una de las joyas más visitadas de Roma
La Fontana di Trevi, una obra maestra del barroco italiano, está construida sobre la fachada de un antiguo palacio y es famosa en todo el mundo gracias a su valor artístico y cultural. Su popularidad se multiplicó tras aparecer en la película La dolce vita de Federico Fellini, en la icónica escena protagonizada por Anita Ekberg y Marcello Mastroianni.
Según datos oficiales, entre el 1 de enero y el 8 de diciembre, cerca de nueve millones de turistas visitaron la zona frontal de la fuente, lo que representa un promedio de 30 mil personas al día. Esta cifra explica la urgencia de implementar medidas para ordenar el flujo turístico.
Recaudación millonaria para la ciudad
El Ayuntamiento de Roma estima que el acceso de pago a la Fontana di Trevi podría generar 6.5 millones de euros al año, recursos que se destinarán al mantenimiento del patrimonio histórico y a mejorar los servicios urbanos.
Además de la fuente, el gobierno local anunció que otros cinco sitios emblemáticos también comenzarán a cobrar entrada, con tarifas de cinco euros, como parte de un plan integral de gestión turística.
Tradición, turismo y solidaridad
Uno de los rituales más conocidos de la Fontana di Trevi es lanzar una moneda al agua para pedir un deseo o asegurar el regreso a Roma. Esta tradición genera miles de euros cada semana, fondos que las autoridades recogen y entregan posteriormente a la organización Cáritas, destinada a labores sociales.
El nuevo esquema de acceso no elimina esta costumbre, pero sí pretende que se realice en un entorno más ordenado, seguro y sostenible.
Roma sigue el ejemplo de otras ciudades italianas
La capital italiana no es la primera en adoptar este tipo de medidas. En 2023, el Panteón de Roma comenzó a cobrar entrada a los visitantes, y Venecia implementó una tasa turística durante los periodos de mayor afluencia para contener el turismo masivo.
Estas decisiones reflejan un cambio en la política cultural del país, que busca proteger sus monumentos históricos sin cerrar las puertas al turismo internacional.

Un nuevo modelo de turismo cultural
El cobro para acceder a la Fontana di Trevi marca un punto de inflexión en la relación entre turismo y conservación. Para las autoridades, se trata de una medida necesaria para garantizar que uno de los símbolos más reconocidos de Roma pueda seguir siendo admirado por futuras generaciones.
Aunque la decisión ha generado debate, el modelo apunta a un turismo más responsable, donde la experiencia del visitante conviva con la preservación del patrimonio y el bienestar de los residentes locales.


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