En medio de la tensión social y política tras los recientes actos de violencia en Michoacán, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro su mensaje: ni la guerra ni la intervención extranjera son el camino. Desde Palacio Nacional, subrayó que el futuro de la entidad depende de una estrategia integral de paz, con la participación activa de la ciudadanía, las comunidades indígenas, los sectores productivos y todos los niveles de gobierno.
“No creemos en la guerra porque somos humanistas”, dijo Sheinbaum con firmeza. “La detención arbitraria o las ejecuciones extrajudiciales no son justicia. La paz no se impone con violencia, se construye con dignidad y cooperación.”
De la guerra al diálogo: una nueva visión de seguridad
Sheinbaum propuso una estrategia basada en cuatro ejes fundamentales:
- Atención a las causas sociales que originan la violencia.
- Fortalecimiento de la Guardia Nacional, con presencia permanente y acciones de proximidad.
- Colaboración interinstitucional, articulando esfuerzos entre los tres niveles de gobierno.
- Inteligencia e investigación, para desmantelar las redes del crimen organizado sin violar derechos humanos.
La presidenta recordó que Michoacán será el primer estado donde se aplicará este modelo nacional de paz, antes de extenderlo al resto del país.
Michoacán: la urgencia de un plan conjunto
Durante su conferencia, Sheinbaum reveló que ha mantenido diálogo con diputados, alcaldes y empresarios michoacanos, quienes coincidieron en la necesidad de una mayor presencia federal y un trabajo coordinado que no dependa únicamente de la fuerza militar.
El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y de un empresario limonero generó indignación en la población, un sentimiento que Sheinbaum compartió abiertamente:
“Esa indignación también es nuestra”.
El aguacate y la paz: revisar el modelo económico
Michoacán genera más de 3,500 millones de dólares anuales por la exportación de aguacate, pero Sheinbaum advirtió que este éxito económico no puede sostenerse sobre un sistema de extorsión, inseguridad y falta de derechos laborales.
“Queremos revisar las condiciones en las que trabajan los productores y jornaleros. La paz también se construye con justicia económica y social”, enfatizó.
Un pacto con el pueblo michoacano
Sheinbaum cerró su mensaje asegurando que no impondrá soluciones desde el escritorio presidencial. Su visión es construir el plan junto al pueblo de Michoacán, sumando voces y experiencias locales.
“La paz se construye con el pueblo, no sobre el pueblo”, afirmó. “Queremos una estrategia que nazca de abajo hacia arriba, donde todos tengan voz.”


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