La Ciudad de México está en vilo. El descubrimiento de huesos y cráneos en una construcción en la colonia Guerrero ha generado un choque de narrativas: la versión oficial de un cementerio del siglo XVIII contra la alarmante sospecha de una fosa clandestina moderna y un posible encubrimiento.
Un predio en demolición en una de las avenidas más icónicas de la Ciudad de México, Paseo de la Reforma, se ha convertido en el escenario de un inquietante misterio que toca las fibras más sensibles de la sociedad: la crisis de los desaparecidos. El hallazgo de restos óseos humanos en el número 159 de dicha avenida, en la colonia Guerrero, ha desatado una batalla por la verdad entre las autoridades y las voces de las víctimas.
El Hallazgo y la Alerta
La historia comenzó el jueves, cuando la reconocida madre buscadora Ceci Flores, fundadora de colectivos en Sonora y México, recibió una denuncia anónima sobre la presencia de restos humanos en la obra. Flores, actuando con la urgencia que la caracteriza, contactó a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, y le envió pruebas fotográficas.
Las autoridades acudieron al lugar y confirmaron la presencia de huesos. Sin embargo, aquí es donde las versiones se bifurcan y la controversia estalla.
Dos Versiones, Un Misterio
La Denuncia de Encubrimiento:
Ceci Flores denunció públicamente que los cráneos, visibles en las fotos que recibió, ya no estaban cuando las autoridades procesaron la escena. «Cuando llegaron encontraron huesos humanos, pero no los cráneos porque ya los habían escondido», declaró la activista, sembrando la duda sobre un posible ocultamiento de evidencia. Para Flores y muchos ciudadanos, la posibilidad de que se trate de una fosa clandestina moderna es una hipótesis que no puede ser descartada a la ligera.
La Versión Oficial:
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) y la Comisión de Búsqueda de Personas de la CDMX respondieron rápidamente, pero con una narrativa completamente diferente. Afirmaron que el predio en cuestión, donde se pretendía construir el complejo «Residencial Reforma 159» , es la ubicación histórica del antiguo Panteón de Santa Paula, que funcionó entre los siglos XVIII y XIX. Según esta versión, ya en 2014 se había realizado un rescate arqueológico en la zona con hallazgos similares, por lo que los huesos serían de naturaleza histórica y no estarían relacionados con delitos recientes.
«Me llegó información anónima de que en una construcción en la Colonia Guerrero en Ciudad de México había varios cráneos y huesos. […] Cuando llegaron encontraron huesos humanos pero no los cráneos porque ya los habían escondido.» – Ceci Flores, activista.
Irregularidades que Alimentan la Duda
Lo que agrava la situación y alimenta la desconfianza es que la obra en Reforma 159 operaba sin los permisos de demolición correspondientes. El Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) ya ha impuesto sellos de suspensión de actividades en el inmueble. Esta irregularidad administrativa añade una capa de sospecha al caso: si los constructores no seguían las reglas, ¿qué más podrían estar ocultando?
En un país con una cifra oficial de más de 100,000 personas desaparecidas, la credibilidad de las instituciones de justicia está constantemente en entredicho. El público se encuentra ahora en la encrucijada de creer en la versión tranquilizadora pero conveniente de las autoridades, o en la alarmante pero verosímil denuncia de una activista que ha dedicado su vida a buscar a los ausentes. El misterio de Reforma 159 no es solo arqueológico; es un referéndum sobre la confianza.


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