Un ultimátum comercial con sabor a guerra
Donald Trump volvió a ocupar los titulares globales con una amenaza que combina política exterior, presión económica y estrategia militar. El expresidente de Estados Unidos lanzó una advertencia directa a Vladimir Putin: si en 50 días no se firma un acuerdo de paz para poner fin a la guerra en Ucrania, impondrá aranceles del 100% a las exportaciones rusas, además de sanciones secundarias a quienes comercien con Moscú.
La advertencia fue pronunciada desde el centro del poder estadounidense, la Oficina Oval, durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Lo que parecía un encuentro diplomático más se convirtió en uno de los gestos más duros de Trump contra Rusia desde el inicio del conflicto.
Comercio como arma: “Uso el comercio para muchas cosas”
Trump ha utilizado el comercio como herramienta de presión en múltiples frentes: contra China, México, Irán. Pero esta vez, la apuesta es mayor. “Uso el comercio para muchas cosas, pero es excelente para resolver guerras”, dijo, dejando en claro su intención de convertir las tarifas arancelarias en un instrumento para doblegar a Putin.
Los aranceles secundarios, explicó, sancionarían también a empresas de terceros países que compren productos rusos, lo que colocaría a Rusia en una posición de aislamiento económico global.
OTAN y Ucrania: armas, rapidez y misiles Patriot
Mientras lanza amenazas, Trump también acelera la ayuda militar a Ucrania. Durante la misma reunión, anunció que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN fabricarán armas de última generación para enviarlas al frente ucraniano.
Entre ellas se encuentran los misiles Patriot, un sistema solicitado con urgencia por Kiev para defender sus ciudades de los ataques aéreos rusos. Trump aseguró que sus aliados pagarían por el armamento, y que la producción ya está en marcha.
Mark Rutte coincidió en que “la rapidez es fundamental” y que este nuevo frente económico y militar podría hacer que Putin reconsidere su postura y retome las negociaciones de paz.
Trump vs. Putin: de la decepción al desafío
Lejos quedaron los momentos en que Trump y Putin eran retratados como líderes en diálogo. “Estoy decepcionado con él”, dijo Trump, refiriéndose al presidente ruso. “Hace dos meses parecía que podríamos haber alcanzado un acuerdo, pero no fue así.”
Durante su intervención, Trump también hizo una comparación incómoda con expresidentes estadounidenses. Afirmó que Putin ha “engañado” durante años a líderes como Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Joe Biden.
Pero dejó claro que con él, eso no pasará. “El único país con el que no he conseguido nada es Rusia. Y eso está por cambiar”, advirtió.
Un mensaje a Moscú: 100 mil rusos muertos
La retórica subió de tono cuando Trump se dirigió directamente “a quien escuche en Moscú”. Dijo que desde enero han muerto 100 mil soldados rusos y que Putin debería replantearse seriamente su negativa a negociar.
Aunque no presentó cifras oficiales, sus palabras se interpretan como una estrategia de doble vía: aumentar la presión interna sobre Putin y mostrar a Ucrania que, bajo su liderazgo, podría recibir mayor respaldo militar y económico.
¿Una jugada de campaña o un giro en la geopolítica?
Analistas señalan que esta postura forma parte de la estrategia electoral de Trump en busca de reforzar su imagen como negociador duro. Pero también podría marcar un giro en la política de Estados Unidos frente al conflicto, con una mezcla de sanciones económicas extremas y apoyo militar agresivo.
Con este movimiento, Trump intenta diferenciarse de la administración Biden, presentándose como el único capaz de frenar a Putin y restaurar el orden global mediante “comercio y fuerza”.


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