Estados Unidos supera los 38 billones en deuda nacional
En medio del cierre del gobierno federal, Estados Unidos alcanzó un nuevo récord histórico: su deuda nacional bruta superó los 38 billones de dólares, de acuerdo con el más reciente informe del Departamento del Tesoro. Esta cifra no solo refleja la magnitud del gasto público, sino también la velocidad con que la nación ha acumulado deuda, en el periodo más corto fuera de la pandemia de covid-19.
Apenas en agosto, la cifra había llegado a los 37 billones. Dos meses después, el país suma otro billón a su carga fiscal, mientras el Congreso permanece dividido y los servicios gubernamentales operan bajo recursos limitados.
Una deuda que amenaza el poder adquisitivo de los ciudadanos
Kent Smetters, economista de la Universidad de Pensilvania y exfuncionario del Tesoro durante el gobierno de George W. Bush, explicó que una carga de deuda creciente genera presiones inflacionarias a largo plazo. Esto se traduce en pérdida de poder adquisitivo, aumento en los costos de endeudamiento y menor inversión privada.
“Creo que mucha gente quiere saber que sus hijos y nietos podrán costear una casa”, dijo Smetters. “Esa inflación adicional se acumula y erosiona el poder adquisitivo, haciendo menos posible que las generaciones futuras logren sus objetivos financieros”.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés) advirtió que el aumento de la deuda tiene consecuencias directas en la vida de los estadounidenses: mayores tasas hipotecarias, autos más caros, bienes más costosos y salarios estancados, ya que las empresas enfrentan mayores costos financieros.
El gobierno de Trump presume reducción del déficit
A pesar del aumento de la deuda, la administración de Donald Trump asegura que sus políticas están conteniendo el gasto público y reduciendo el déficit nacional. Según el Departamento del Tesoro, el déficit acumulado entre abril y septiembre fue de 468 mil millones de dólares, la lectura más baja desde 2019.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que la economía está “corrigiendo su rumbo”, mientras que el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, destacó que el déficit se redujo en 350 mil millones durante los primeros ocho meses de la gestión actual, gracias al control del gasto, los mayores ingresos por aranceles y los recortes a fraudes y abusos.
“Buscamos un crecimiento robusto, menor inflación y disciplina fiscal para restaurar la confianza económica”, indicó Desai en un comunicado.
Un reloj que no se detiene: 69 mil dólares por segundo
El Comité Económico Conjunto del Congreso reveló que la deuda nacional crece a un ritmo alarmante de 69 mil 713 dólares por segundo, lo que equivale a más de 4 billones de dólares anuales. El dato pone en evidencia la fragilidad fiscal del país y la falta de medidas sostenibles para equilibrar el presupuesto.
Michael Peterson, presidente de la Fundación Peter G. Peterson, calificó el nuevo récord como una “señal preocupante de irresponsabilidad fiscal”. “Alcanzar los 38 billones durante un cierre del gobierno muestra que los legisladores no están cumpliendo con sus deberes básicos”, expresó.
Peterson añadió que los intereses de la deuda son la parte de más rápido crecimiento del presupuesto federal, desplazando inversiones en infraestructura, educación y salud. “Gastamos 4 billones en intereses en la última década, pero gastaremos 14 billones en los próximos diez años”, advirtió.
Una espiral que se acelera cada año
La trayectoria de la deuda de Estados Unidos refleja un patrón de aceleración preocupante. En enero de 2024, la deuda nacional era de 34 billones; en julio, alcanzó los 35 billones; en noviembre, 36 billones; y ahora, menos de un año después, ya supera los 38 billones de dólares.
La tendencia indica que el país podría rebasar los 40 billones antes de que termine 2026, si no se implementan medidas fiscales estrictas y una reforma estructural en el gasto público. Los analistas advierten que la deuda no solo representa un riesgo financiero, sino también un desafío político que pondrá a prueba la credibilidad del gobierno ante los mercados internacionales.
El impacto generacional de una deuda sin control
La deuda no es solo un número en los balances del Tesoro: es una herencia que condiciona el futuro. Cada dólar que se destina al pago de intereses es un dólar que no se invierte en el bienestar de las familias, la innovación o la educación.
La advertencia de los expertos es clara: si Estados Unidos no frena el crecimiento de su deuda, las generaciones futuras enfrentarán un escenario de inflación persistente, escasa movilidad económica y oportunidades limitadas.
El cierre del gobierno y la parálisis legislativa son apenas los síntomas visibles de una enfermedad más profunda: la incapacidad de una nación para controlar su propio gasto.


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