¿Qué está pasando con la inversión productiva en México?
En octubre de 2024, la inversión productiva en México experimentó una caída del -4.6% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el segundo descenso consecutivo, según datos del INEGI. Este comportamiento no se observaba desde 2021 y sugiere que no estamos ante un simple bache económico, sino un posible cambio de tendencia.
La caída coincide con el fin de las megaobras del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, mientras que las reformas constitucionales y la incertidumbre global también están afectando el panorama económico.
La construcción, el punto más débil de la inversión
El sector de la construcción fue el más golpeado, retrocediendo un 11% anual. Dentro de este rubro, la construcción no residencial, que incluye obras de infraestructura pública y privada, cayó un dramático 16.3%.
Este retroceso se alinea con el término de los megaproyectos de infraestructura impulsados por la administración actual, como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Sin embargo, la inversión privada intentó compensar este descenso con un modesto crecimiento del 2.7%, evitando que la caída fuera más pronunciada.
La maquinaria y equipo: Un respiro para la economía
Aunque la construcción flaquea, la compra de maquinaria y equipo continúa mostrando fortaleza, creciendo un 4.2% en octubre. Especialmente notable es el incremento del 10.2% en equipo de transporte de fabricación nacional, junto con un crecimiento del 7.3% en importaciones de este tipo de bienes.
Este componente ha permitido mitigar los efectos negativos, aunque su impacto es limitado frente al peso de la construcción en la inversión total.
El papel del Plan México y la incertidumbre futura
El gobierno mexicano busca revertir esta tendencia con el lanzamiento del Plan México, que incluye medidas como:
- Decreto de relocalización: Diseñado para atraer inversiones en el marco del nearshoring.
- Ley para la Simplificación y Digitalización: Promete facilitar los procesos burocráticos para las empresas.
Sin embargo, estas iniciativas enfrentan grandes retos. Por un lado, la efectividad de estas medidas dependerá de su implementación y del contenido detallado de las reformas. Por otro lado, la incertidumbre generada por factores externos, como las elecciones en Estados Unidos y posibles anuncios de Donald Trump, podría frenar el entusiasmo de los inversionistas privados.
¿Qué sigue para la economía mexicana?
La clave para revertir esta tendencia estará en generar confianza entre los empresarios. Aunque las reformas buscan simplificar procesos, los proyectos deben demostrar rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo. Además, será crucial que el gobierno detalle cómo abordará los efectos negativos de las reformas constitucionales recientemente aprobadas, que han generado dudas sobre la estabilidad regulatoria del país.
El futuro de la inversión productiva en México depende de un delicado balance entre incentivar la participación privada, mantener políticas públicas claras y sortear los obstáculos derivados del entorno internacional.
Una economía en alerta
La caída de la inversión productiva no es solo un dato más; es una señal de alerta que exige atención inmediata. México necesita medidas estructurales que fortalezcan la confianza de los inversionistas y eviten que esta tendencia se convierta en un problema crónico.


TE PODRÍA INTERESAR