Las ganancias de los bancos en México volvieron a encender los reflectores en 2025. Entre enero y octubre, la banca privada acumuló 251 mil 749 millones de pesos en utilidades, su cifra más alta para un periodo similar desde que existen registros oficiales, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Es un número que no solo marca un hito: también abre conversaciones sobre la fuerza del sector, la salud económica del país y el impacto en los bolsillos de millones de mexicanos.
Desde el corazón financiero de la Ciudad de México, la historia se repite con nuevos matices: edificios llenos de actividad, ejecutivos moviéndose a toda velocidad y computadoras donde fluyen datos que revelan que, aun en tiempos de incertidumbre económica global, los bancos mexicanos parecen jugar en su propia liga. Pero detrás del récord, hay matices importantes que contar.
En términos nominales, las utilidades crecieron 2.3% frente al mismo periodo de 2024. Sin embargo, cuando la cifra se ajusta a la inflación, el panorama cambia: el avance se transforma en una caída real de 1.13%. La historia, como siempre en economía, depende del lente con que se mire.
Ganancias de los bancos y el rol de las instituciones sistémicas
A mitad de este análisis, el tema central sigue siendo las ganancias de los bancos, particularmente las de las instituciones consideradas sistémicas: BBVA, Santander, Banorte, Banamex, HSBC, Scotiabank e Inbursa. Excluyendo a Citi —que aún no cumple un año completo de operaciones bajo su nueva estructura— estas entidades reportaron 192 mil 356 millones de pesos en utilidades.
La cifra representa una caída real de 5.6% frente a los resultados de 2024. ¿La razón? Una mezcla de mayores costos operativos, ajustes regulatorios y un entorno global más tenso ante movimientos de tasas, inflación y tensiones geopolíticas.
Aun así, la banca mexicana conserva una robustez notable. El margen financiero, una de las principales fuentes de ganancias, creció 3.6% en términos reales y alcanzó 757 mil 920 millones de pesos. Esta métrica —la diferencia entre los intereses que cobran y los que pagan— es un termómetro de la confianza, la demanda de crédito y la eficiencia operativa.
Los ingresos por intereses se ubicaron en 1.5 billones de pesos, mientras que los gastos por intereses llegaron a 745 mil millones, ambos menores que los reportados un año antes. Esta contracción sugiere un reacomodo del mercado, con clientes que buscan refinanciar, cambiar condiciones o migrar hacia productos más atractivos.
El crédito impulsa el crecimiento y redefine el futuro de la banca
El otro gran motor detrás de las utilidades es la cartera de crédito. Al cierre de octubre, alcanzó 7.94 billones de pesos, un crecimiento real de 3.4% frente a 2024.
Pero donde de verdad está la expansión es en el crédito de consumo, que creció 9.4% y alcanzó 1.86 billones de pesos. Este segmento —tarjetas, préstamos personales, financiamientos automotrices y otros productos— está mostrando una dinámica superior incluso a la del año pasado. Para muchos bancos, es la joya del momento: alta demanda, márgenes elevados y creciente digitalización.
Historias como la de Claudia, una joven de Monterrey que solicitó un crédito para emprender su negocio de repostería, ilustran cómo el crédito de consumo alimenta la economía real. Pero también hay advertencias: el aumento del endeudamiento puede volverse un riesgo si las tasas permanecen elevadas o si el crecimiento económico se frena.
Un récord que deja preguntas abiertas
Las ganancias de los bancos cerrarán el año como uno de los grandes titulares económicos de México. El récord histórico revela fortaleza, profundidad financiera y un sistema que sigue creciendo incluso en un entorno global incierto.
Pero también despierta debates:
¿Debe revisarse el costo del crédito?
¿Es momento de impulsar mayor competencia bancaria?
¿Está el endeudamiento de los consumidores creciendo demasiado rápido?
El tiempo lo dirá, pero por ahora, el sistema financiero mexicano termina el año con números que lo consolidan como uno de los más sólidos de América Latina. Y las ganancias de los bancos seguirán en el centro de la conversación.
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