El mito del vino tinto como protector del corazón
Durante décadas, la frase “una copita de vino al día es buena para el corazón” fue considerada casi un mandamiento. Médicos, consumidores y hasta campañas publicitarias alimentaron esta creencia, atribuyendo al vino tinto propiedades milagrosas gracias a sus polifenoles, especialmente al resveratrol.
Sin embargo, la ciencia ha cambiado de rumbo. Estudios recientes han demostrado que no existe una cantidad segura de alcohol, ni para el corazón, ni para el cerebro, ni para prevenir el cáncer.
La cardióloga Magdalena Perelló, autora del libro Corazón sano (Ed. Vergara), lo resume con contundencia: “Entre el vino y la cerveza, ninguna de las dos. El supuesto beneficio del vino provenía de personas con estilos de vida más saludables, no del alcohol”.
Lo que realmente ocurre cuando se consume alcohol
La doctora Perelló señala que el consumo moderado de vino puede aumentar el riesgo de hipertensión, arritmias e insuficiencia cardiaca, incluso cuando no se llega a niveles de abuso.
El alcohol, aunque en pequeñas dosis pueda parecer inofensivo, genera un efecto inflamatorio y oxidativo en las arterias, comprometiendo la salud del corazón a largo plazo.
Además, la relación entre el consumo regular de vino y la reducción del riesgo cardiovascular ha sido cuestionada, ya que los estudios que lo sugerían no consideraban factores como la dieta mediterránea, la actividad física o el nivel socioeconómico.
La cerveza sin alcohol, ¿una mejor alternativa?
A diferencia del vino o la cerveza tradicional, la versión sin alcohol presenta un panorama distinto. La cardióloga explica: “La cerveza sin alcohol tiene algo a su favor, y es que no contiene etanol. Eso ya la hace mucho menos dañina que la versión con alcohol”.
Algunas cervezas sin alcohol incluso contienen polifenoles con efectos antioxidantes leves, lo que podría aportar un beneficio mínimo. Pero Perelló advierte: “No es un superalimento ni una bebida saludable para tu corazón. Sigue siendo procesada, con calorías vacías y, en algunos casos, azúcares añadidos”.
Lo que sí cuida tu corazón
Si el objetivo es proteger el sistema cardiovascular, la especialista recomienda dejar de buscar “bebidas milagrosas” y apostar por hábitos sostenibles.
“Si quieres proteger de verdad tu corazón, la mejor opción es el agua, las infusiones o el café solo”, afirma Perelló. El ejercicio regular, una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables, junto con un sueño reparador, son los verdaderos aliados del corazón.
Además, reducir el estrés, limitar el consumo de sal y evitar el tabaquismo resultan mucho más eficaces para prevenir enfermedades cardíacas que cualquier bebida alcohólica.
La verdad sobre el alcohol y la salud
El mensaje de los expertos es claro: no existe una dosis segura de alcohol. Ni el vino tinto ni la cerveza ofrecen beneficios reales para el corazón, y su consumo frecuente puede generar daños silenciosos.
La falsa sensación de bienestar tras una copa proviene más del entorno social y emocional que del contenido del vaso. La idea de “beber con moderación” puede llevar, con el tiempo, a una dependencia leve y a riesgos acumulativos para la salud.
La evidencia actual respalda un enfoque distinto: disfrutar de la vida sin alcohol, sin perder los rituales de socialización, y priorizando la salud cardiovascular desde una perspectiva integral.
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