El movimiento como medicina para la espalda
El dolor lumbar puede limitar la vida diaria, pero investigaciones recientes indican que el movimiento es la medicina. La inactividad prolongada tiende a empeorar los síntomas, mientras que la actividad física controlada ayuda a aliviar la presión sobre los discos y fortalece los músculos que sostienen la columna. Edward Phillips, profesor asociado de Medicina Física en Harvard, afirma que “lo mejor que puedes hacer es seguir moviéndote”.
Haz pausas activas a lo largo del día
Estar sentado mucho tiempo provoca presión en los discos, debilita el tronco y disminuye la flexibilidad de piernas y caderas. Carolyn Chudy, experta en rehabilitación, recomienda levantarse cada 30 minutos, caminar, realizar sentadillas al aire o simplemente practicar el movimiento de sentarse y levantarse. Los estiramientos de yoga, como la postura del niño y gato-vaca, así como los estiramientos de caderas e isquiotibiales, ayudan a reducir la tensión y prevenir tirones musculares.
Fortalece el tronco y los músculos de soporte
Un tronco débil obliga a la columna a absorber más presión, aumentando el riesgo de dolor y lesiones. Imagina tu tronco como un corsé de músculos: cuanto más fuerte sea, menor será la carga sobre la espalda. Phillips recomienda plancha, plancha lateral, puentes de glúteos y ejercicios Superman, evitando abdominales tradicionales que eleven demasiado la espalda. Además, fortalecer cuádriceps, glúteos e isquiotibiales mejora la postura y la movilidad funcional, esencial para la vida diaria y para levantar objetos de manera segura.
Ejercicios funcionales y movimientos de la vida diaria
Integrar ejercicios funcionales como sentadillas, reverencias y subir escaleras ayuda a mover el cuerpo correctamente, reduciendo la tensión en la columna. Yoga y Pilates son aliados para controlar el dolor lumbar, ya que combinan fuerza, flexibilidad y equilibrio. Consultar a un fisioterapeuta permite personalizar el plan de ejercicios y evitar lesiones.
Cardio de bajo impacto y progresión segura
Para quienes comienzan o retoman la actividad, se recomienda caminar, nadar, usar bicicleta o elíptica. Estos ejercicios ejercen menos presión sobre la espalda. Estudios recientes demuestran que caminar reduce la recurrencia del dolor lumbar. Para personas más activas, alternar entre caminar y correr bajo supervisión y con calzado adecuado puede ser beneficioso, siempre evaluando si el dolor empeora durante o después del ejercicio.
Señales de alerta y recomendaciones finales
Antes de cualquier rutina, observa tu cuerpo: si el dolor aumenta durante el ejercicio, detente y ajusta la actividad. La clave es movimiento controlado, fortalecimiento del tronco, estiramiento regular y ejercicios cardiovasculares adaptados. Con estas pautas, puedes mantener tu espalda saludable y reducir episodios de dolor lumbar crónico.


TE PODRÍA INTERESAR