*Rafael Estrada Cano, analista político
A unas horas de conmemorar el 31 de diciembre de 2019, día mundial del COVID-19; recordemos tres casos de éxito del modelo pandémico de negocio: China-Estados Unidos-Bielorrusia.
El último día del año 2019, la Oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China, conoció la declaración de la Comisión Municipal de Salud de la ciudad de Wuhan, sobre la aparición de casos con “neumonía viral”.
El 30 de enero, ya del 2020, con solo 82 casos fuera de China, se declaró al nuevo coronavirus “covid-19” una emergencia de salud pública internacional; y el 11 de marzo, cuando la trama ya había surtido efectos, los “alarmantes niveles de propagación de la enfermedad y gravedad” y “de inacción” hicieron que la OMS le catalogue como una “pandemia”.
Según la John Hopkins University, el 37% de los contagios globales y el 35,5% de los fallecimientos se produjeron en naciones del G7; y de los 147 países denominados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como “emergentes y en desarrollo” salió el otro 50% de contagios y fallecimientos; China, con casi 100 mil contagios acumulados y menos de 5 mil fallecimientos, representó el 0.1% de los totales globales.
China: Diplomacia de las mascarillas y el SOFT POWER
Tras 40 años, el PIB per cápita chino creció 170 veces, y justo en el 2020, erradicó la pobreza extrema de 800 millones de personas; previamente el 1 de enero del mismo año, aprobó su nueva “Ley de Inversión Extranjera” a la par de las draconianas restricciones anticovid, las permanentes”… políticas de “covid cero” en una “sincronizada y planeada contracción” de lógica financiera y no de salud pública.
En el 2020, China al crecer 2.3%, fue la única economía con números positivos; según el FMI, el PIB mundial retrocedió ese año de 87.5 a 83.4 mil millones de dólares; las economías centrales retrocedieron 2,03 mil millones de dólares y las economías emergentes 1,67 mil millones. El PIB chino creció 0,46 mil millones de dólares, si medimos el PIB nominal -China supera a Estados Unidos como la economía más grande del mundo medido en base paridad del poder adquisitivo-.
Es el país más poblado del mundo con casi 200 habitantes por km2, su tasa de inmigración turística y laboral es una de las más bajas, y aún más sobre quienes desean vivir permanentemente, por ello, las multinacionales occidentales encuentran en el «contrato de personal extranjero» el desafío más gravoso para hacer negocios.
Estados Unidos: La teoría de la fuga del covid-19

El pasado lunes 2 de diciembre, el Comité Especial del Congreso de Estados Unidos que investigó por dos años la pandemia de covid-19, concluyó en su informe que la tesis “más creíble” es la “fuga” del virus de un laboratorio de virología en Wuhan.
Anthony Fauci, epidemiólogo del Gobierno estadounidense que “vive con protección por amenazas” es señalado desde el comité de Salud de la Cámara alta por el senador republicano Rand Paul, por haber financiado a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) una investigación en Wuhan, China, lugar donde se fabricó el SARS-CoV-2, causante del covid-19.
Los legisladores reconocen que la operación “WARP SPEED” de Trump para financiar el desarrollo de las vacunas anticovid fue un “tremendo éxito”, pero el cierre de escuelas tendrá un “impacto duradero” en los niños estadounidenses.
El informe concluye afirmando que el uso obligatorio de mascarillas era innecesario y que el confinamiento -las denominadas cuarentenas- hizo “más mal que bien” ya que perjudicó gravemente a la economía mundial al desencadenar un aumento “asombroso” de la inflación y el desempleo; los científicos creen que los métodos para hacer frente a la infección tenían “MOTIVACIONES POLÍTICAS”.
Bielorrusia: La moral pública de su presidente
La nación donde su mandatario, justo durante la reunión con el embajador chino en Minsk dijo: “Estas cosas pasan. ¡Lo más importante es no entrar en pánico!”; y cuya aseveración de que «un tractor curará el coronavirus» fue objeto de innumerables burlas en las redes sociales.
Además de no cerrar cines ni teatros, y tampoco prohibir los eventos masivos, mucho menos cancelar la liga bielorrusa de fútbol, ordenó a su servicio secreto -KGB bielorruso- buscar a los sinvergüenzas que propagaban “el pánico” ya que “la preocupación y la psicosis” eran muy peligrosas, y posiblemente “más peligrosas que el virus”.
Bielorrusia no solo fue único en ese sentido, pues ademas es el único país de Europa con la pena de muerte aún vigente.
Apenas el pasado 10 de diciembre, en Borísov, Lukashenko, respondiendo sobre “si le resultó agradable el reconocimiento de su razón” dijo: “Agradable, no agradable. No existen tales nociones en política”, “cuando leí esta información dije… ¿qué?” “no estaban muy contentos y satisfechos, no me creían de verdad”. “Nadie seguía este camino excepto nosotros, nuestro Estado”; “si las empresas bielorrusas de construcción de maquinaria hubieran dejado de trabajar durante la pandemia, habrían sido sustituidas por competidores extranjeros en los mercados. Habrían necesitado cientos de millones de dólares para volver a ponerse en pie”, “siempre decía a todo el mundo que era esquizofrenia”. “Hoy los estadounidenses, que me trolleaban todo el tiempo, ya lo han reconocido. Repitieron al cabo de un rato todo lo que decía”. “Así que resultó que teníamos razón”.
Conclusión Biopolítica
En este gran thriller, los protagonistas y héroes, son los tres presidentes; los villanos, los científicos y virólogos; al final de la historia, la dualidad “héroe-villano” es para el Clúster Farmacéutico y Tecnológico.
P.D. Global Vaccine Data Network identificó diversas afecciones: miocarditis, un tipo de coágulo de sangre en el cerebro, múltiples casos de síndrome de Guillain-Barré y mielitis transversa; y encefalomielitis aguda, intolerancia al ejercicio, fatiga excesiva, entumecimiento y confusión mental, aunque no integra el síndrome de taquicardia ortostática postural -POTS-, otros estudios sí lo relacionan… ¿y el “programa de indemnización sin culpa”?


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