Las marcas saben que te preocupas por el planeta y usan el marketing “verde” para atraerte. Pero muchas de sus afirmaciones son engañosas. Te damos las herramientas para diferenciar la sostenibilidad real del simple ‘greenwashing’ y proteger tu cartera y al medio ambiente.
Caminas por el supermercado y tu carrito se llena de productos con empaques en tonos tierra, hojas dibujadas y palabras prometedoras como «ecológico», «natural» o «sostenible». Te sientes bien con tus compras, convencido de que estás tomando decisiones responsables. Pero, ¿y si gran parte de ese esfuerzo es en vano, víctima de una sofisticada estrategia de marketing conocida como greenwashing?
El “greenwashing” o “lavado verde” es la práctica de hacer que un producto, servicio o empresa parezca más respetuoso con el medio ambiente de lo que realmente es. Es una táctica de marketing diseñada para capitalizar la creciente conciencia ecológica de los consumidores sin realizar los cambios sustanciales y, a menudo costosos, que implica la verdadera sostenibilidad.
Aprender a identificar estas señales no solo te convierte en un consumidor más inteligente, sino que te empodera para apoyar a las empresas que realmente están haciendo un esfuerzo y penalizar a las que solo fingen.
Sugerencia: Una imagen comparativa. A la izquierda, un producto con empaque verde y la palabra «NATURAL» en grande. A la derecha, el mismo producto con una etiqueta de ingredientes llena de químicos y un pequeño sello de certificación oficial. El titular: «No te dejes engañar por el empaque».
Las 5 señales de alerta del Greenwashing
Los expertos en consumo y medio ambiente han identificado patrones comunes en las campañas de greenwashing. Aquí te presentamos cinco de las señales más claras para que no te vuelvan a engañar.
1. El pecado de la vaguedad y las afirmaciones sin pruebas
Esta es la táctica más común. El producto utiliza términos ambiguos y mal definidos que suenan bien pero no significan nada concreto.
* Señales: Palabras como «eco-amigable», «verde», «natural», «consciente», «no tóxico» sin ninguna explicación o certificación que las respalde.
* Pregúntate: ¿»Natural» en qué sentido? El veneno de serpiente también es natural, pero no lo querrías en tu champú. ¿Qué hace exactamente que este producto sea «eco-amigable»?
* Qué buscar en su lugar: Afirmaciones específicas y verificables. Por ejemplo, en lugar de «hecho con materiales sostenibles», busca «hecho con 70% de algodón orgánico certificado por GOTS».
2. El pecado del costo oculto
El producto presume una característica «verde» mientras ignora otros impactos ambientales mucho más significativos de su ciclo de vida.
* Ejemplo: Un automóvil que se promociona por su eficiencia de combustible, pero no menciona las emisiones y el impacto ambiental de su proceso de fabricación. O una marca de ropa que usa algodón orgánico pero sus trabajadores operan en condiciones de explotación.
* Pregúntate: ¿Esta afirmación ecológica cuenta toda la historia? ¿Qué pasa con la producción, el transporte y el desecho de este producto?
3. El pecado de la irrelevancia
Se hace una afirmación que es técnicamente cierta pero completamente irrelevante o inútil para el consumidor que busca opciones ecológicas.
Ejemplo: Un producto de limpieza que se anuncia como «Libre de CFCs». Los Clorofluorocarbonos (CFCs) fueron prohibidos por el Protocolo de Montreal hace décadas, por lo que todos los productos de este tipo son libres de CFCs. Es como anunciar un cereal como «libre de arsénico».
* Pregúntate: ¿Es esta una característica especial o simplemente un estándar de la industria?
4. El pecado de la falta de pruebas (o el «confía en nosotros»)
La empresa hace una afirmación ambiental sin proporcionar ninguna evidencia accesible o certificación de terceros para respaldarla.
* Señales: Frases como «hecho con plástico reciclado» sin indicar el porcentaje ni mostrar un certificado que lo avale.
* Qué buscar en su lugar: Sellos y certificaciones oficiales. Estos son verificados por organizaciones independientes y son la forma más fiable de confirmar una afirmación.
«Un sello de una organización reconocida es la forma más rápida para el consumidor de verificar una afirmación. Si una marca realmente es sostenible, estará orgullosa de mostrar sus certificaciones.» – Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC).
5. El pecado del engaño visual y las etiquetas falsas
Esta táctica utiliza imágenes, colores (mucho verde y marrón) y logos de aspecto oficial pero completamente inventados para dar una falsa impresión de sostenibilidad.
* Ejemplo: Un empaque con imágenes de bosques frondosos y un logo con una hoja verde que dice «Eco-Sello Aprobado», cuando dicho sello no existe o fue creado por la propia empresa.
* Qué buscar en su lugar: Familiarízate con los logos de las certificaciones reales y reconocidas.
Ser un consumidor consciente no significa ser perfecto, sino estar informado. La próxima vez que te enfrentes a un mar de productos «verdes», usa esta guía. Tu poder no solo reside en lo que compras, sino en lo que decides no comprar.


TE PODRÍA INTERESAR