¿Qué es la teoría de la acción colectiva y por qué es relevante?
En un mundo donde los grandes cambios requieren de esfuerzos conjuntos, surge una pregunta crucial: ¿por qué algunos se involucran en causas colectivas mientras otros se benefician sin contribuir? La respuesta yace en la teoría de la acción colectiva de Mancur Olson, una perspectiva que traslada conceptos económicos al ámbito social y político para analizar el comportamiento humano.
La paradoja del beneficio colectivo
Olson explicó que en grupos grandes, los individuos enfrentan un dilema: participar en la consecución de un objetivo común o dejar que otros hagan el trabajo mientras ellos disfrutan de los beneficios. En este escenario, la racionalidad individual tiende a desincentivar la participación activa.
Ejemplo práctico:
Imaginemos una comunidad que busca construir un parque. Si una persona decide no participar argumentando que otros lo harán, pero luego disfruta del parque construido, se convierte en un «free rider» (aprovechado). En un grupo pequeño, esto puede ser evidente y controlado, pero en grupos grandes, como sociedades o países, el problema se amplifica.
Incentivos selectivos: motivación para participar
Para contrarrestar esta tendencia, Olson propuso el uso de incentivos selectivos, que pueden ser:
- Positivos: como recompensas personales, reconocimiento o el sentido de pertenencia.
- Negativos: como sanciones o la exclusión de los beneficios si no se participa.
El papel de la solidaridad en México:
En nuestro contexto, la solidaridad es un incentivo positivo fundamental. Es el motor que ha impulsado a comunidades enteras a levantarse frente a desastres naturales, crisis económicas o problemas sociales. La capacidad de los mexicanos para unirse en momentos clave demuestra que, más allá de la lógica racional, existen valores compartidos que fortalecen la acción colectiva.
La teoría aplicada al México actual
Política y participación ciudadana
En un sistema democrático, la participación activa de la ciudadanía es esencial para garantizar el cambio. Sin embargo, muchos optan por no involucrarse, asumiendo que sus acciones no tendrán impacto o que otros se encargarán de lograr el objetivo.
Ejemplo:
La elección popular de jueces y magistrados que enfrentaremos en México en 2025. Si bien este proceso promete mayor democratización, corre el riesgo de fracasar si la ciudadanía no se involucra debido a la falta de información o incentivos claros.
La lucha por los derechos humanos
La defensa de los derechos en nuestro país ha sido impulsada por colectivos y organizaciones que, pese a los obstáculos, han logrado cambios significativos. La clave ha sido la solidaridad y la conciencia de que cada acción cuenta.
Dejar de esperar que “otro lo haga”
Olson nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la construcción de un mejor entorno. No podemos esperar que alguien más se encargue de los problemas colectivos. Participar no es solo un derecho, sino una obligación moral hacia nuestra comunidad.
Una mirada optimista hacia el futuro
La teoría de la acción colectiva nos deja una enseñanza clara: aunque existan barreras, como el egoísmo o la apatía, siempre habrá formas de incentivar la participación. En México, la solidaridad y el compromiso con el bien común deben ser los pilares para superar los retos que enfrentamos como sociedad.
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