La política migratoria volvió a colocarse en el centro del debate entre México y Estados Unidos. En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum reveló una cifra que refleja el endurecimiento de la estrategia estadounidense: en los primeros siete meses del nuevo gobierno de Donald Trump, 86 mil 17 mexicanos fueron deportados.
La estadística, presentada con un gráfico histórico de deportaciones desde 1989, pone de relieve no solo la magnitud del fenómeno, sino también la continuidad de un patrón en el que cada administración de la Casa Blanca marca su sello en materia migratoria.
Una herencia de deportaciones: del año 2000 a la era Trump
Sheinbaum recordó que el mayor número de deportaciones ocurrió durante el gobierno de Bill Clinton. En el año 2000, tan solo en doce meses, un millón 150 mil 906 mexicanos fueron repatriados. Esa cifra se convirtió en un parteaguas de la historia migratoria y evidencia que las olas de deportaciones no son nuevas, aunque la narrativa política actual las haga más visibles.
Trump, sin embargo, se distingue por sus decisiones drásticas. Una de ellas fue el cierre de la aplicación CBP One, un sistema que permitía programar citas para solicitar asilo en Estados Unidos.
El cierre de CBP One: el fin de una esperanza para miles
La eliminación de CBP One representó un cambio radical para quienes buscaban refugio. Hasta antes de su cancelación, la aplicación era un canal que ofrecía cierto orden y esperanza a miles de migrantes. Con su cierre, el mensaje fue claro: Estados Unidos restringirá al máximo la entrada de solicitantes de asilo.
De acuerdo con Sheinbaum, el promedio actual es de 300 “encuentros” diarios en la frontera, es decir, migrantes detenidos y regresados de inmediato, la mayoría de ellos mexicanos.
Deportaciones bajo Trump: un nuevo capítulo de tensión
El dato de 86 mil mexicanos deportados en apenas siete meses refleja la prioridad que Trump ha puesto a su política de “cero tolerancia” migratoria en este segundo mandato. Si se suman los primeros días de enero, aún bajo la administración de Joe Biden, la cifra asciende a 93 mil 821 connacionales repatriados.
El endurecimiento de estas medidas revive recuerdos de su primer mandato, pero ahora con un mensaje aún más claro: no habrá concesiones en materia de asilo ni flexibilidad para quienes intenten cruzar sin documentos.
Impacto en las comunidades mexicanas
Cada deportación implica no solo cifras, sino también historias humanas. Familias separadas, proyectos truncados y comunidades que reciben de vuelta a miles de connacionales con pocas oportunidades de reinserción laboral.
El fenómeno obliga a México a replantear políticas de apoyo a repatriados y a reforzar sus programas de empleo y capacitación, especialmente en estados que históricamente han sido expulsadores de migrantes como Michoacán, Oaxaca y Guerrero.
El peso político de las cifras
Sheinbaum, al presentar las estadísticas, no solo informó de una realidad preocupante, sino que también marcó distancia respecto a la política migratoria de Trump. En el contexto de las relaciones bilaterales, el tema de la migración será uno de los puntos más tensos y decisivos para los próximos años.
La referencia a Clinton, Bush, Obama y Biden deja ver que México busca mostrar las deportaciones como un fenómeno histórico, pero también señalar que Trump ha vuelto a escalar el conflicto con medidas que impactan directamente a los mexicanos.
Deportaciones y futuro bilateral
El reto para México será enorme: atender a miles de repatriados, contener los flujos migratorios de Centroamérica que siguen cruzando el país y negociar con un vecino que ha demostrado su voluntad de imponer condiciones duras.
El número de deportados en apenas siete meses es una advertencia de lo que podría venir si el ritmo se mantiene. Y la política migratoria, una vez más, se convierte en termómetro de la relación bilateral.
TE PODRÍA INTERESAR