El delicado equilibrio en la seguridad fronteriza entre México y Estados Unidos vivió esta semana un nuevo capítulo. Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense lanzaron una advertencia: el crimen organizado estaría utilizando drones para actividades ilegales en la frontera.
Sin embargo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, respondió con mesura. En su conferencia matutina, minimizó la gravedad del reporte y aseguró que “en algún momento” solo se detectó un dron en territorio mexicano, sin que haya cruzado hacia Estados Unidos ni represente una amenaza activa.
La reacción de Sheinbaum deja en claro una postura: no hay alarma, sino ocupación estratégica. Mientras los reflectores mediáticos buscan encender alertas, la mandataria insiste en la solidez de la cooperación bilateral y en una vigilancia reforzada con más de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la zona limítrofe.
Un solo dron, sin cruce fronterizo, según la versión mexicana
El incidente que desató la preocupación en EE.UU. tiene, desde el lado mexicano, una dimensión mucho más contenida.
“En algún momento hubo algún dron que no pasó la frontera”, puntualizó Sheinbaum. Subrayó que no hay evidencia de nuevos dispositivos sobrevolando la línea divisoria ni actividad aérea constante relacionada con el crimen organizado.
La presidenta destacó que el monitoreo se mantiene y que la colaboración con las autoridades estadounidenses es permanente, directa y fluida. No hay tensiones diplomáticas, afirmó, sino un trabajo conjunto en materia de seguridad.
Guardia Nacional, Sedena y CBP: cooperación trinacional reforzada
En la misma rueda de prensa, Sheinbaum resaltó la operación de la Guardia Nacional con 10 mil elementos desplegados en la zona fronteriza, y reiteró la coordinación activa con CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos), así como con el Ejército Mexicano.
La mandataria dejó claro que no se trata de una situación fuera de control, sino de un escenario bajo supervisión, en el que la comunicación entre los altos mandos militares de ambos países es constante y efectiva.
Marina: drones comerciales, no tácticos ni con tecnología militar
El secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales, reforzó el mensaje presidencial: los drones detectados por inteligencia mexicana son del tipo comercial, adquiridos en tiendas recreativas.
“No se ha detectado que ese tipo de drones estén en la frontera”, afirmó. Con esto, las autoridades mexicanas buscan neutralizar la percepción de que el crimen organizado esté utilizando equipos sofisticados para operaciones transfronterizas.
Según Morales, no hay hasta el momento evidencia de que estos dispositivos hayan sido empleados para transportar drogas, armas o vigilar movimientos de las fuerzas armadas en la zona.
Seguridad binacional: ¿cooperación real o narrativa de control?
Mientras en Washington se elevan las voces que exigen acciones más firmes, la narrativa del gobierno mexicano se enfoca en la cooperación y la prevención. La presidenta Sheinbaum insiste: no hay motivo para alarma.
“Lo que hay es ocupación, no preocupación”, sentenció. Esta frase refleja una política exterior que privilegia la estabilidad diplomática y el control de la narrativa interna, más que las confrontaciones públicas.
Aun así, la frontera sigue siendo un terreno vulnerable, donde la tecnología, el crimen organizado y las decisiones de ambos gobiernos pueden generar tensión con rapidez.
Vigilancia sí, pero sin alarma
La detección de un dron en la frontera, sin haber cruzado a Estados Unidos, podría parecer insignificante. Pero en el complejo ajedrez de la seguridad binacional, cada movimiento tiene implicaciones geopolíticas.
Claudia Sheinbaum apuesta por una estrategia de contención narrativa y acciones operativas conjuntas, evitando alimentar un conflicto diplomático innecesario. La frontera sigue siendo vigilada, la cooperación continúa. Y aunque por ahora no hay alerta, el monitoreo del cielo fronterizo no cesa.
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