El Papa León XIV nombra al primer obispo chino bajo el controvertido acuerdo Vaticano-China de 2018, indicando la continuidad de esta delicada política.
En un movimiento que subraya la continuidad de una de las políticas exteriores más delicadas y controvertidas del Vaticano, el Papa León XIV ha realizado su primer nombramiento de un obispo católico en China bajo el acuerdo provisional de 2018. La designación de Monseñor Joseph Lin Yuntuan como obispo auxiliar de Fuzhou, reconocida por las autoridades de Beijing este miércoles, reaviva el debate sobre las complejas relaciones entre la Santa Sede y el gigante asiático.</intro>
Ciudad del Vaticano/Roma – El Papa León XIV (nombre con el que las fuentes se refieren al Pontífice en junio de 2025 ) ha dado un paso significativo en la intrincada relación diplomática entre el Vaticano y China. El pasado 5 de junio, el Pontífice nominó a Monseñor Joseph Lin Yuntuan, de 73 años, como obispo auxiliar de Fuzhou, en la provincia china de Fujian. Este nombramiento obtuvo el reconocimiento oficial por parte de las autoridades chinas este miércoles, 11 de junio, día en que el obispo fue instalado en su cargo.
Este es el primer nombramiento episcopal en China realizado por el Papa León XIV y se produce en el marco del acuerdo provisional entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de obispos, firmado originalmente en 2018 bajo el pontificado de su predecesor, el Papa Francisco, y renovado en octubre de 2024 por un período de cuatro años.
Un Acuerdo Controvertido pero Continuado
El acuerdo de 2018, cuyos detalles exactos nunca se han hecho públicos, buscaba unificar a los aproximadamente 12 millones de católicos en China, divididos durante décadas entre una iglesia «oficial» controlada por el Estado (Asociación Patriótica Católica China) que no reconocía la autoridad papal directa en los nombramientos, y una iglesia «subterránea» que permaneció leal a Roma a pesar de la persecución. El objetivo era regularizar el estatus de los obispos y sanar la división.
No obstante, el pacto ha sido objeto de fuertes críticas, especialmente desde sectores conservadores de la Iglesia Católica, que acusan al Vaticano de «ceder a las exigencias de Beijing» y de «traicionar a los fieles de la iglesia subterránea». La Santa Sede, por su parte, ha defendido consistentemente el acuerdo como el mejor camino posible para asegurar una presencia unificada de la Iglesia en China y garantizar que los obispos cuenten con el mandato tanto del Papa como el reconocimiento de las autoridades civiles.
La decisión del Papa León XIV de proceder con este nombramiento bajo los términos del acuerdo existente indica una clara línea de continuidad con la política de su predecesor. El Vaticano expresó su satisfacción, describiendo el reconocimiento de Monseñor Lin Yuntuan como «un fruto más del diálogo entre la Santa Sede y las autoridades chinas y un paso significativo en el camino comunitario de la diócesis».
Desafíos y Equilibrios Diplomáticos
A pesar de estos avances puntuales, la relación sigue siendo delicada. Se han reportado aparentes violaciones del acuerdo por parte de Beijing, con algunos nombramientos episcopales unilaterales que ocurrieron sin el consentimiento papal previo. Estos incidentes subrayan la fragilidad del pacto y la constante tensión entre la gobernanza universal de la Iglesia Católica y las reclamaciones de soberanía nacional por parte de China en asuntos religiosos.
* «El reconocimiento oficial del Obispo Joseph Lin Yuntuan… era un evento largamente esperado por la comunidad local.» – Fides, agencia de noticias del Vaticano.
La política del Vaticano hacia China bajo el Papa León XIV parece priorizar el compromiso diplomático y el diálogo continuo sobre una posible confrontación. Esta estrategia busca mantener abiertos los canales de comunicación y lograr avances incrementales, como los nombramientos episcopales reconocidos mutuamente, incluso si esto implica navegar un terreno complejo y aceptar un acuerdo imperfecto.
Para los críticos del acuerdo y para muchos miembros de la iglesia subterránea que esperaban un posible cambio de rumbo con el nuevo Pontífice, la continuidad de esta política podría ser motivo de decepción. Temen que el acuerdo no proteja suficientemente a los católicos que enfrentan restricciones o persecución en China. Este nombramiento, por tanto, no solo es un acto administrativo eclesiástico, sino un potente mensaje sobre la dirección de la diplomacia vaticana en uno de sus frentes más desafiantes.


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