La madrugada en Gaza volvió a teñirse de fuego y humo. Israel confirmó que sus Fuerzas de Defensa (FDI) bombardearon un edificio identificado como centro de operaciones de Hamas en la Ciudad de Gaza. El anuncio no fue sorpresivo: desde hace días el ejército israelí había advertido que una serie de ataques masivos se lanzarían contra edificios usados como infraestructura terrorista.
En medio de una ciudad devastada, con miles de familias desplazadas hacia el sur, el Ejército aseguró que busca neutralizar puestos de mando, centros de control, túneles y posiciones de francotiradores que Hamas utiliza estratégicamente en zonas urbanas.
La narrativa militar y el impacto civil
El ministro de Defensa, Israel Katz, fue tajante: “Las puertas del infierno se están abriendo en Gaza”.
Con esa frase justificó la intensificación de los ataques, al tiempo que prometió que las operaciones continuarán hasta que Hamas libere a los rehenes y acepte las condiciones de Israel.
Sin embargo, la realidad sobre el terreno es más compleja. Testimonios recogidos por agencias internacionales narran la pérdida de vidas civiles: cerca de una veintena de palestinos, incluidos niños, murieron durante las últimas horas bajo los bombardeos. La paradoja es clara: mientras Israel asegura que toma medidas para reducir riesgos sobre la población, el precio humano crece cada día.
Rehenes y propaganda: el otro frente de guerra
Hamas no tardó en responder. Este viernes difundió un nuevo video mostrando a dos rehenes israelíes capturados el 7 de octubre de 2023. Entre ellos está Guy Gilboa Dalal, joven secuestrado durante el festival Nova. En la grabación, el cautivo ruega al primer ministro Benjamin Netanyahu que detenga la ofensiva para evitar más muertes.
Las imágenes son un recordatorio del drama que Israel mantiene en el centro de su narrativa: de las 251 personas secuestradas aquel día, 47 permanecen en Gaza, algunas ya fallecidas según fuentes militares. Cada video divulgado por Hamas añade presión política y social dentro de Israel, donde las familias de los cautivos exigen respuestas inmediatas.
El tablero internacional y el futuro de la ofensiva
La ofensiva no ocurre en el vacío. El respaldo de Irán a Hamas, el involucramiento de la Yihad Islámica y la presión de organismos internacionales convierten a Gaza en un tablero de tensión global. Las FDI aseguran que controlan ya el 40% de la capital gazatí, pero el objetivo es claro: ocuparla totalmente.
La comunidad internacional observa con preocupación la escalada. Naciones Unidas ha alertado que el millón de desplazados en Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes: falta de agua, medicinas y refugio en medio de los ataques.


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