La economía de Estados Unidos volvió a encender las alertas en agosto. El informe más reciente del Buró de Estadísticas Laborales (BLS) reveló que la tasa de desempleo aumentó a 4.3%, apenas una décima más que en julio, pero lo suficiente para marcar una tendencia que preocupa a analistas y mercados.
Creación de empleos en agosto: el dato más bajo en meses
Lo más inquietante no fue solo el repunte en el desempleo, sino la escasa creación de empleos: apenas 22 mil nuevos puestos, menos de un tercio de los 73 mil registrados en julio. Para una economía que había mostrado resiliencia en meses anteriores, el dato se siente como un golpe inesperado.
El despido en el BLS y la influencia política de Trump
Este reporte llega en un contexto cargado de tensión política. Apenas días antes, el presidente Donald Trump despidió al responsable del BLS, acusándolo de manipular los datos laborales de julio. Así, el documento de agosto se convierte en la primera prueba de fuego de la nueva dirección del organismo.
Impacto en los mercados y la confianza económica
La reacción en los mercados fue inmediata: analistas advirtieron que el enfriamiento del empleo podría traducirse en menor consumo, menor confianza empresarial y, eventualmente, en una desaceleración más marcada de la economía estadounidense.
Lo que puede venir: riesgos y expectativas para septiembre
El desempleo del 4.3% no es, en sí mismo, una cifra alarmante en términos históricos, pero la tendencia de dos meses consecutivos con datos débiles genera dudas sobre la solidez del mercado laboral. Con un septiembre cargado de expectativas, la gran pregunta es si la economía logrará estabilizarse o si la presión política seguirá condicionando la lectura de los números.


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