Una grieta ideológica sobre el futuro de la energía nuclear está sacudiendo los cimientos del gobierno de coalición en Alemania. El choque entre los democristianos (CDU), abiertos a reconsiderar la energía atómica, y los socialdemócratas (SPD), firmes en el abandono, amenaza con desestabilizar al motor económico de Europa.
El debate sobre la energía nuclear, que se creía zanjado en Alemania con el cierre de su último reactor en abril de 2023, ha resurgido con una fuerza inesperada, abriendo una profunda fisura en el seno del gobierno de coalición liderado por el canciller Friedrich Merz (CDU). La disputa, lejos de ser un mero desacuerdo técnico, refleja una batalla ideológica que amenaza la estabilidad del ejecutivo y tiene el potencial de redefinir la política energética de la Unión Europea.
La tensión se hizo pública y palpable tras la asistencia de la Ministra de Economía, Katherina Reiche (CDU), a una reunión de países de la UE que utilizan energía nuclear. La decisión enfureció a su colega de gabinete, el Ministro de Medio Ambiente, Carsten Schneider (SPD), quien es oficialmente responsable de la seguridad nuclear y el desmantelamiento de las plantas.
Dos Visiones Enfrentadas para el Futuro de Alemania
El choque entre los dos ministros personifica las dos almas que ahora mismo luchan por el control de la política alemana:
- La Postura Pro-Nuclear (CDU/FDP): Liderada por sectores de la CDU y sus socios liberales del FDP, esta facción argumenta que la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y la necesidad de descarbonizar la economía hacen imperativo reconsiderar la energía nuclear. Sostienen que podría proporcionar energía de base, fiable y baja en carbono, para garantizar la seguridad del suministro y mantener la competitividad de la industria alemana. Un análisis de PwC incluso sugiere que los precios de la electricidad en 2024 habrían sido un 23% más bajos si las plantas nucleares hubieran seguido funcionando.
- La Postura Anti-Nuclear (SPD/Verdes): Anclados en un consenso social y político de décadas, el SPD y Los Verdes insisten en que la decisión del abandono nuclear (Atomausstieg) es irreversible. «Hemos decidido abandonar la energía nuclear. Esto también ha sido aceptado por la sociedad», declaró firmemente el ministro Schneider. Argumentan que los riesgos de seguridad y el problema no resuelto de los residuos nucleares superan cualquier beneficio potencial, y que el futuro debe centrarse exclusivamente en la expansión de las energías renovables.
Una Cuestión de Viabilidad y Voluntad Política
El debate no es solo ideológico, sino también práctico. Los defensores del reinicio argumentan que es técnicamente factible. Un informe del Radiant Energy Group sugiere que, con voluntad política, tres reactores podrían reiniciarse para 2028, y que la mayoría de las plantas recientemente cerradas se encuentran en un estado que permitiría su reactivación.
Sin embargo, los opositores y los propios operadores de las plantas lo ven de otra manera. E.ON, antiguo operador de la planta Isar 2, ha declarado que un reinicio «no sería económico» y que los planes de desmantelamiento total siguen en marcha. El propio canciller Merz, a pesar de que su partido coquetea con la idea, ha admitido que revertir el apagón es cada vez más improbable a medida que pasa el tiempo.
«En este momento, no está claro cómo pretende el gobierno federal alcanzar el objetivo de neutralidad climática para 2045». – Marc Oliver Bettzüge, miembro del consejo de expertos climáticos del gobierno alemán.
El Impacto para Europa
La disputa interna en Berlín tiene enormes implicaciones para toda la UE. Alemania es la mayor economía del bloque y sus decisiones energéticas afectan directamente a sus vecinos y a los objetivos climáticos comunes. Un posible regreso de Alemania al campo nuclear, por improbable que parezca ahora, alteraría drásticamente el equilibrio de poder en la política energética europea, actualmente liderada por la Francia pro-nuclear.
Por ahora, la grieta en el gobierno alemán sigue abierta. Es una lucha entre el pragmatismo industrial y el idealismo ecologista, entre el pasado y el futuro energético de una nación que se encuentra en una encrucijada. La resolución de este conflicto no solo determinará la supervivencia de la actual coalición de gobierno, sino también el camino que tomará Alemania, y con ella Europa, en las próximas décadas.
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