martes, diciembre 23, 2025

Cardenal acusado de encubrimiento de abusos cerrará el ataúd del Papa

La figura del cardenal Roger Mahony vuelve a estar en el centro de la controversia. A sus 89 años, el arzobispo emérito de Los Ángeles participará en el sellado del ataúd del Papa Francisco, una ceremonia litúrgica de gran simbolismo en la tradición vaticana. Sin embargo, su nombramiento ha generado una ola de críticas por su historial vinculado al encubrimiento de abusos sexuales cometidos por sacerdotes bajo su jurisdicción.

Un ascenso meteórico en la Iglesia católica estadounidense

Nacido en Hollywood, California, en 1936, Roger Mahony fue ordenado sacerdote en 1962. En tan solo dos décadas ascendió rápidamente en la jerarquía eclesiástica: obispo de Stockton (1980), arzobispo de Los Ángeles (1985) y cardenal (1991), nombrado por el papa Juan Pablo II.

Durante su gestión, Mahony fue conocido por su firme defensa de los derechos de los inmigrantes latinos y de los trabajadores agrícolas, posicionándose como un aliado progresista en temas sociales. No obstante, esa imagen fue opacada por uno de los mayores escándalos que ha enfrentado la Iglesia en Estados Unidos.

El escándalo que marcó su legado

En 2013, documentos judiciales revelaron cómo Mahony y su vicario, Thomas Curry, protegieron a sacerdotes acusados de abuso sexual infantil. En vez de denunciarlos, los reubicaban en otras parroquias, donde muchos continuaban en contacto con menores. Uno de los casos más notorios fue el del padre Michael Baker, a quien Mahony permitió seguir ejerciendo pese a las acusaciones.

Estas revelaciones no solo indignaron a la opinión pública, sino también a organizaciones como SNAP (Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes), que exigieron la exclusión de Mahony de funciones eclesiásticas. Aunque el entonces arzobispo José Gómez le retiró funciones públicas, Mahony siguió siendo cardenal y asistió al cónclave que eligió al papa Francisco en 2013.

Las disculpas públicas: ¿sinceras o insuficientes?

Mahony ha ofrecido disculpas en varias ocasiones. En 2002, reconoció haber cometido errores y, tras la publicación de los documentos en 2013, emitió una carta más extensa pidiendo perdón por no haber protegido a las víctimas como debía. Alegó haber actuado según los protocolos de la época, aunque estos priorizaban la confidencialidad por encima de la justicia.

A pesar de sus palabras de arrepentimiento, muchas víctimas consideran que sus disculpas llegaron demasiado tarde y que no se tradujeron en acciones reales. Además, Mahony nunca enfrentó consecuencias legales, lo que, para muchos, evidencia la impunidad dentro de la jerarquía eclesial.

¿Por qué fue elegido para cerrar el ataúd del Papa?

Según explicó Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, la elección de Mahony responde a un criterio de antigüedad. En el protocolo establecido por el Ordo exsequiarum Romani Pontificis, el cardenal presbítero más antiguo presente en Roma tiene la responsabilidad de participar en el sellado del ataúd del Pontífice.

Mahony fue creado cardenal en 1991, lo que lo convierte en uno de los presbíteros más veteranos disponibles. El rito será dirigido por el camarlengo Kevin J. Farrell, acompañado por otros siete cardenales, entre ellos Mahony, quien se declaró “sorprendido y honrado” por su inclusión, destacando su cercanía con el papa Francisco.

Una ceremonia marcada por la tensión y la memoria

Mientras se prepara la solemne despedida del papa Francisco, la presencia de Mahony añade una dimensión incómoda al evento. Para muchos, su aparición en un rol tan simbólico representa una contradicción con el mensaje de transparencia y justicia que Francisco intentó imprimir durante su pontificado.

El Vaticano ha insistido en que se trata de una cuestión ritual, sin implicaciones políticas ni personales. Sin embargo, en una Iglesia que aún lidia con las heridas del pasado, la figura de Mahony es recordatorio de los errores que no deben repetirse.

Entre el deber litúrgico y la memoria herida

El rol del cardenal Roger Mahony en el funeral del papa Francisco no solo resalta la complejidad de los protocolos vaticanos, sino también las profundas cicatrices que los casos de abuso han dejado en la Iglesia. Su presencia es un recordatorio de que el pasado no se borra con ceremonias, sino con justicia, reparación y acciones concretas.

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Georgina Balam
Georgina Balam
Georgina Balam es nuestra editora experta en la sección de Espectáculos y Entretenimiento. Con una sólida experiencia en la creación de contenido digital, se distingue por ofrecer información veraz y oportuna a nuestra audiencia. Su conocimiento y autoridad en la industria del entretenimiento aseguran que nuestros lectores reciban las noticias más fiables y actualizadas.
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