Los Cabos, uno de los destinos turísticos más visitados de México, vivió una jornada marcada por el terror el pasado 24 de abril. En menos de 12 horas, cuatro autobuses de transporte público fueron incendiados en distintos puntos del municipio, afectando directamente a miles de usuarios locales y visitantes. Los hechos, presuntamente orquestados por una célula del crimen organizado, obligaron a las principales compañías de transporte a suspender sus corridas entre Cabo San Lucas y San José del Cabo.
Primer ataque: el fuego inicia en la Plaza La Sanluqueña
Todo comenzó alrededor de las 8:00 de la mañana. Un autobús de la empresa Cabo Baja fue atacado en las inmediaciones de la conocida Plaza La Sanluqueña. Sujetos desconocidos rociaron gasolina en la parte trasera del vehículo y le prendieron fuego, dejando la unidad completamente destruida. Afortunadamente, no se reportaron personas heridas.
Segundo ataque: bomba incendiaria en autobús de Barco Varado
Tan solo 30 minutos después, el pánico volvió a apoderarse de los pasajeros de otro autobús. Esta vez fue una unidad de la compañía Barco Varado, que fue atacada con una bomba incendiaria lanzada directamente al interior del vehículo. Los pasajeros huyeron desesperados, mientras el fuego consumía rápidamente la unidad.
Dos ataques más: Ruta del Desierto también es blanco
La violencia escaló poco después del mediodía. Dos autobuses de la empresa Ruta del Desierto, que opera una de las rutas más utilizadas por trabajadores locales, fueron blanco de nuevos ataques. Uno de ellos fue incendiado cerca de la Plaza Walmart, y el segundo, apenas 40 minutos después, fue atacado con una bomba similar en la misma zona. Estos hechos obligaron a la empresa a detener por completo su servicio diario.
Suspensión de transporte público deja incomunicada la zona
Horas más tarde, tanto Ruta del Desierto como Cabo Baja anunciaron la suspensión total de sus servicios como medida preventiva. La paralización del transporte ha dejado a miles de trabajadores y residentes sin forma de trasladarse, en una zona donde la movilidad depende casi por completo de los autobuses interurbanos.
“Nuestra prioridad es brindar las condiciones necesarias de seguridad para nuestros usuarios y colaboradores”, comunicó Ruta del Desierto a través de sus redes sociales.
Por su parte, Cabo Baja fue tajante:
“Suspenderemos temporalmente el servicio de transporte público hasta nuevo aviso”.
Silencio oficial y temor creciente
Hasta el momento, las autoridades municipales y estatales no han emitido un posicionamiento oficial sobre esta ola de violencia. El silencio institucional ha generado incertidumbre, tanto entre los habitantes como en el sector turístico.
Los Cabos, que recientemente había sido promocionado como un destino seguro y confiable para el turismo internacional, enfrenta ahora un duro golpe a su imagen pública y a la confianza de sus visitantes. La posibilidad de que estos ataques formen parte de una estrategia de control territorial por parte del crimen organizado ha comenzado a circular en redes y medios locales.
¿Qué sigue para Los Cabos?
Mientras el transporte permanece suspendido y la ciudadanía exige respuestas, crece la presión sobre las autoridades para que refuercen la seguridad en una región que depende en gran medida del turismo y del flujo constante de personas entre sus dos principales centros urbanos.
En palabras de un trabajador afectado:
“No tenemos cómo movernos. Hoy no es solo el transporte, es el miedo. Nos sentimos abandonados”.
La situación en Los Cabos se convierte en un ejemplo más de cómo la violencia puede impactar incluso a los destinos turísticos más privilegiados de México. Se espera que en las próximas horas, las autoridades emitan un comunicado y presenten un plan de acción para restablecer la movilidad y garantizar la seguridad pública.
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