lunes, diciembre 22, 2025

Cambiar la vergüenza de lado: justicia y memoria ante la violencia sexual

La violencia sexual no es solo un acto físico; es una imposición que invade lo subjetivo y lo cotidiano, dejando cicatrices profundas en la memoria individual y colectiva. Durante años, he reflexionado sobre cómo responder a esta violencia, cómo las mujeres encuentran caminos de resistencia y sanación. Es un tema que no puede reducirse a una narrativa simple. Es necesario un enfoque que permita entrelazar la memoria personal con el archivo colectivo, y que reconozca que la violencia sexual no es una guerra que se gana o se pierde, sino una experiencia que exige ser narrada desde otras coordenadas.

En este contexto, la historia de Gisèle Pelicot conmovió profundamente. Su lucha no solo desafió las estructuras que perpetúan la violencia, sino que también transformó la vergüenza, una herramienta histórica de control sobre las víctimas, en un acto de resistencia política.

Gisèle Pelicot: la justicia como un acto político

Gisèle Pelicot rompió el silencio al llevar a juicio público a su exmarido, quien durante una década la drogó y abusó de ella, reclutando además a decenas de hombres para que la violentaran mientras estaba inconsciente. Su decisión de hacer público el proceso judicial tuvo un propósito claro: cambiar de lado la vergüenza.

En sus propias palabras:

“Quise que la sociedad pudiera apropiarse de los debates que tuvieron lugar. Nunca me arrepentí de esa decisión.”

La vergüenza como herramienta de control

Históricamente, la vergüenza ha sido impuesta sobre las víctimas como un peso que las silencia y las aísla. Gisèle decidió colocarla donde pertenece: sobre los perpetradores y las estructuras que permiten y normalizan la violencia. Este acto no solo busca justicia legal, sino también una transformación del sentido colectivo de la moralidad.

Justicia más allá de lo punitivo

El caso de Gisèle plantea una pregunta fundamental: ¿cómo podemos imaginar una justicia que no se limite a lo punitivo? En un mundo donde el sistema legal suele ser insuficiente para abordar las complejidades de la violencia sexual, necesitamos explorar nuevas formas de reparación y transformación social.

Un archivo de memoria colectiva

En mi búsqueda por comprender cómo las mujeres enfrentan la violencia, he pensado en la posibilidad de construir un archivo que integre tanto la ficción como la no ficción. Este archivo no sería un registro cerrado, sino un espacio vivo y mutable, donde las historias individuales alimenten una memoria colectiva capaz de interpelar al presente.

El legado del #MeToo y la ambigüedad de la justicia

Hace casi seis años, el movimiento #MeToo en México transformó nuestra comprensión de la justicia. Las denuncias revelaron que la violencia no es unívoca y que nuestras respuestas tampoco deben serlo. La justicia no puede agotarse en la “cancelación” o en lo esencialmente punitivo; debe ser una invitación a imaginar un futuro donde la violencia no sea la norma.

Recuerdo una entrevista que concedí en ese tiempo. Me preguntaron si creía que un agresor podía resarcir el daño, y mi respuesta fue ambigua:

“El daño que se hace se queda y se instala en la memoria de todo lo que somos. Esta es mi forma de enfrentarme al mundo, a partir de las heridas.”

Hoy creo que la justicia debe ir más allá. No se trata solo de retribución, sino de construir condiciones para que las vidas afectadas puedan habitar el mundo desde otras posibilidades, lejos del daño y la dominación.

Un llamado a la memoria colectiva

La historia de Gisèle Pelicot es un ejemplo poderoso de cómo la resistencia individual puede convertirse en un acto político que redefine las condiciones del presente. Su juicio público no solo buscó justicia para ella, sino también abrir un espacio donde las víctimas puedan narrar sus historias sin miedo, y donde la sociedad cuestione las estructuras que perpetúan la violencia.

La memoria colectiva que construimos al narrar estas historias no es solo un refugio emocional, sino una herramienta política. Es un llamado a imaginar un mundo donde la justicia sea más que un castigo y se convierta en la posibilidad de nuevas formas de coexistencia.

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Paloma Franco
Paloma Franco
Paloma Franco es una editora web de gran experiencia y una autoridad en temas de México y Economía. Su amplia trayectoria en periodismo investigativo y su habilidad para crear contenido digital confiable y relevante son fundamentales para la veracidad de nuestras publicaciones. Su profundo conocimiento económico y su compromiso con la investigación periodística garantizan la máxima fiabilidad de la información.
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