La presidenta municipal de Cancún, Ana Paty Peralta, supervisó el avance de la construcción del «Albergue para Transformar Vidas» en la supermanzana 228, un proyecto con una inversión de 2 millones de pesos para atender a personas en situación de calle y con adicciones.
Cancún, Quintana Roo.- En medio del incesante crecimiento de infraestructura turística, el gobierno de Cancún avanza en un proyecto que atiende una de las realidades más crudas del destino: la problemática social de las adicciones y la situación de calle. La presidenta municipal, Ana Paty Peralta, realizó una visita de supervisión a las obras del «Albergue para Transformar Vidas», ubicado en la supermanzana 228.
Este proyecto, que se espera abra sus puertas próximamente, está diseñado para ofrecer un refugio y un programa de rehabilitación integral a uno de los sectores más vulnerables de la ciudad. La iniciativa surge como una respuesta a las consecuencias sociales que acompañan al vertiginoso desarrollo de Cancún, un polo de atracción para miles de personas en busca de oportunidades, pero también un entorno con complejas presiones sociales.
Un Refugio para la Rehabilitación
El «Albergue para Transformar Vidas» no solo busca ser un techo, sino un centro de recuperación. Los detalles del proyecto revelan un enfoque integral para abordar la problemática:
- Capacidad Inicial: El albergue tendrá capacidad para atender a 50 personas de manera simultánea.
- Población Objetivo: Se enfocará en personas en situación de calle que enfrentan problemas de adicción.
- Modelo de Atención: La captación de beneficiarios será paulatina y voluntaria. Se les brindará un espacio seguro, atención médica, psicológica y programas de rehabilitación para facilitar su reinserción social.
- Financiamiento: El proyecto cuenta con un presupuesto asignado de 2 millones de pesos, provenientes del Derecho de Saneamiento Ambiental, un mecanismo que reinvierte recursos generados por el turismo en el bienestar de la comunidad.
El Lado Oculto del Paraíso
La construcción de este albergue pone de manifiesto una realidad innegable: el éxito turístico de Cancún tiene efectos secundarios. El mismo motor económico que impulsa la construcción de hoteles de lujo y atrae a millones de visitantes también genera un entorno de alta presión social, migración laboral intensa y, lamentablemente, un terreno fértil para el narcomenudeo y las adicciones.
«El objetivo es atender a 50 personas en situación de calle con adicciones, brindándoles un techo temporal mientras realizan su proceso de rehabilitación.» – Alberto Ortuño, titular del Instituto Municipal contra las Adicciones.
Este proyecto es un reconocimiento institucional de que, para mantener la sostenibilidad del destino, no basta con enfocarse en la infraestructura turística, sino que es crucial atender las heridas sociales que el propio modelo de desarrollo puede generar.
Un Esfuerzo Institucional
El Ayuntamiento ha destacado que Benito Juárez es uno de los pocos municipios a nivel nacional que cuenta con un Instituto Municipal contra las Adicciones (IMCA). Esta estructura institucional permite canalizar esfuerzos de manera más efectiva, como la colaboración con los Juzgados Cívicos para que las personas detenidas por faltas administrativas relacionadas con el consumo de sustancias puedan ser canalizadas al albergue para recibir ayuda en lugar de un castigo punitivo.
La supervisión personal de la alcaldesa Ana Paty Peralta busca enviar un mensaje de compromiso con un gobierno de rostro humano, que no solo gestiona el éxito económico, sino que también se hace cargo de sus consecuencias más complejas, buscando transformar vidas y construir una comunidad más inclusiva.


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