Redada en Hyundai Georgia: 475 detenidos en megaoperativo migratorio
El amanecer del jueves transformó lo que debía ser una jornada laboral común en la planta de Hyundai en Georgia en un episodio histórico. Agentes federales irrumpieron en el sitio donde se fabrican vehículos eléctricos y, tras una investigación de meses, detuvieron a 475 personas, en su mayoría ciudadanos surcoreanos. Se trató de la mayor operación en un solo sitio en dos décadas de la agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional.
El operativo más grande en 20 años
Steven Schrank, jefe de la investigación, explicó que la operación fue producto de meses de trabajo silencioso. “No fue una redada improvisada. Reunimos pruebas, entrevistas y documentos hasta obtener la orden judicial”, aseguró. Lo ocurrido recuerda la era de Donald Trump, cuando las redadas del ICE se convirtieron en símbolo de su política migratoria.
La magnitud de Hyundai en Georgia
La planta de Hyundai en Bryan County, a 40 km de Savannah, representa la inversión más grande en la historia del estado de Georgia: más de 7,600 millones de dólares y 1,200 empleados directos. Apenas un año después de iniciar la producción de vehículos eléctricos, la factoría ya es pieza clave en la estrategia industrial y ambiental del sur de EE.UU. La redada no interrumpió la operación principal, pero sí golpeó a contratistas y subcontratistas, incluidos los encargados de la planta de baterías en construcción junto a LG Energy Solution.
El factor surcoreano: una diplomacia en tensión
La noticia provocó una reacción inmediata en Seúl. El gobierno de Corea del Sur expresó “preocupación y pesar” y envió diplomáticos para atender a sus ciudadanos. “Los derechos de nuestros ciudadanos no deben ser vulnerados injustamente en los procesos policiales de Estados Unidos”, declaró el portavoz Lee Jaewoong. La tensión diplomática es inédita: los surcoreanos raramente figuran en las estadísticas de deportación.
Vidas interrumpidas: las historias detrás de los números
Entre los detenidos hay quienes ingresaron con visas vencidas, exenciones de turismo o negocios, e incluso quienes cruzaron la frontera sin autorización. El abogado de inmigración Charles Kuck relató que algunos de sus clientes apenas llevaban semanas en el país, con planes de regresar pronto a Corea del Sur. Ahora, sus proyectos se desvanecen entre rejas en el centro de detención de Folkston, Georgia.
Impacto local: miedo y economía en vilo
La redada no solo alteró la diplomacia, también golpeó a la economía local. Sammie Rentz, dueña de un supermercado vietnamita cercano, teme perder su negocio: “Los coreanos mantienen esta tienda viva. Desde la redada, las ventas se desplomaron”. Para los vecinos, la llegada de Hyundai transformó el paisaje rural en un enclave industrial, pero no todos perciben beneficios. “No veo cómo ha traído trabajos a nuestra comunidad”, señaló Tanya Cox, vecina de Ellabell, que asegura haber perdido tranquilidad con el ruido constante de la planta.
La política migratoria en el centro del debate
El Partido Demócrata de Georgia denunció la redada como una “táctica de miedo con motivación política”. En contraste, el gobernador Brian Kemp defendió el operativo: “Todo empleador debe cumplir con la ley”. El episodio revive el debate sobre migración laboral y deportaciones, especialmente tras conocerse que la fuerza laboral estadounidense perdió más de 1.2 millones de inmigrantes en 2024, según Pew Research.
Hyundai y LG bajo escrutinio
Aunque Hyundai declaró que ninguno de sus empleados directos fue detenido y prometió revisar prácticas con sus contratistas, la investigación apunta a las redes de subcontratación. Documentos judiciales revelan que aún no se identifica con precisión qué empresas contrataron a los migrantes. LG Energy Solution, socio en la planta de baterías, aseguró que monitorea la situación y coopera con las autoridades.
Una historia que apenas comienza
Los 475 detenidos enfrentan procesos legales que podrían derivar en deportación. El ICE mantiene a más de 60,000 personas bajo custodia, un récord histórico. Mientras tanto, la planta de Hyundai seguirá operando y la nueva fábrica de baterías abrirá el próximo año. Lo que parecía el símbolo de una alianza económica entre EE.UU. y Corea del Sur ahora está marcado por la sombra de la mayor redada migratoria en décadas.


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