sábado, diciembre 20, 2025

Israel urge a EE.UU. destruir plan nuclear de Irán antes del plazo final

Desde Jerusalén, Israel. En lo profundo del desierto de Isfahan, a ochenta metros bajo tierra, una red de instalaciones nucleares resiste los ataques de Israel. Las centrífugas giran, el uranio se enriquece, y el tiempo corre. La cuenta regresiva para que Irán fabrique hasta diez bombas atómicas está en marcha. Y el único capaz de detener ese reloj es Estados Unidos.

Natanz, Fordow e Isfahan: los corazones de la amenaza

El régimen iraní ha protegido su proyecto nuclear en búnkeres subterráneos. En Natanz, más de 10,000 centrifugadoras trabajan bajo tierra. En Fordow, una antigua base militar reconvertida, operan otras 3,000. E Isfahan se vincula con reactores chinos que procesan uranio.

Israel, con toda su tecnología, no puede destruir estos sitios blindados. Solo Estados Unidos, con su arsenal de bombas anti-búnker de 13.6 toneladas lanzadas por bombarderos B-2, podría hacerlo.

La presión de Netanyahu a Trump

Benjamin Netanyahu ha sido claro: “Irán está a meses, quizás semanas, de tener un arma nuclear”. Y en ese marco, ya ha tomado acciones. Ataques aéreos israelíes han dañado instalaciones en Natanz y eliminado a seis científicos clave. Pero no es suficiente.

En conversaciones recientes, Netanyahu volvió a insistir a Donald Trump: solo con la participación directa de EE.UU. será posible frenar el programa nuclear iraní.

La inteligencia del Pentágono: escudo invisible de Israel

Mientras tanto, Washington ha ofrecido su inteligencia en tiempo real. Cada misil balístico lanzado desde Irán es rastreado por satélites estadounidenses. Esa información permite a Israel interceptar misiles antes de que caigan sobre Tel Aviv.

De los casi 200 misiles lanzados recientemente por Irán, apenas unos pocos impactaron. Fue un esfuerzo conjunto entre las Fuerzas de Defensa de Israel y los sistemas de defensa Arrow, guiados por datos proporcionados por el Pentágono.

La decisión final: destruir o negociar

La Casa Blanca dio a Teherán dos meses para aceptar una salida diplomática. El plazo termina mañana. Si no hay acuerdo, Netanyahu volverá a pedir lo que muchos consideran inevitable: el uso del poder militar estadounidense para destruir Natanz, Fordow e Isfahan.

Trump, consciente del impacto global, no ha cerrado la puerta. En los pasillos del Pentágono ya se revisan rutas de vuelo, protocolos de bombardeo y las capacidades de sus B-2.

El mundo observa. La cuenta regresiva continúa.

Owen Michell
Owen Michell
Owen Michell es nuestro editor especializado en noticias digitales, con un profundo conocimiento en identificar tendencias y desarrollar contenido de consulta. Su experiencia en el panorama digital le permite brindar información relevante y atractiva para nuestra audiencia. Su pericia en el ámbito de las noticias digitales contribuye a la autoridad y actualidad de nuestro sitio.
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