El consumo de agua es, sin duda, una de las piedras angulares de una buena salud. Como base de la vida, este líquido es esencial para la mayoría de los procesos vitales del organismo humano.
El Instituto Nacional de Salud Pública de México enfatiza que el agua participa en el transporte de nutrientes, la digestión, diversos procesos bioquímicos, el desecho de toxinas, y es vital para regular la temperatura corporal a través del sudor. Además, lubrica las articulaciones, mantiene la piel humectada y contribuye al adecuado funcionamiento cerebral.
El agua constituye aproximadamente dos terceras partes del peso del cuerpo humano, distribuida entre el 65% dentro de las células y el 35% en los espacios extracelulares, según datos de la Clínica Las Condes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que el acceso a agua salubre y de fácil disponibilidad es fundamental para la salud pública, sea para beber, uso doméstico, producción de alimentos o fines recreativos.
Tomar una decisión informada sobre el tipo de agua que consumimos requiere analizar sus ventajas y riesgos. Más allá de la comodidad o el costo, es necesario pensar en la salud y en el impacto ambiental que nuestras elecciones generan. Comparar opciones, revisar fuentes y cuidar los sistemas de filtración ayuda a asegurar agua segura y sostenible. Al final, la elección responsable contribuye al bienestar individual y a la protección de los recursos naturales.
¿Cuánto es el consumo de agua recomendado diariamente?
Respecto a la cantidad de consumo de agua que se requiere, la Secretaría de Salud de México establece una recomendación clara para cualquier temporada del año: es necesario que las personas consuman diariamente entre seis y ocho vasos de agua al día.
Mantener este nivel de ingesta asegura que el cuerpo se mantenga hidratado y en óptimo funcionamiento. La carencia de este líquido puede ser severa, advierte la Secretaría, ya que puede conducir a un cuadro de deshidratación crónica, lo que podría poner en riesgo la vida. Por lo tanto, esta recomendación aplica por igual en temporadas de calor y frío.
Tipos y consideraciones de salud
Más allá de la cantidad, es importante considerar el tipo de agua que se consume. Si bien esto depende de factores locales y regulatorios, de grifo es generalmente considerada como segura, saludable y sostenible desde la perspectiva ambiental, siempre que exista una adecuada regulación en el sistema de suministro local.
En contraste, el embotellada, que suele provenir de fuentes naturales y pasa por procesos de purificación, presenta algunas preocupaciones. El almacenamiento en plásticos puede, en ciertas condiciones, liberar sustancias químicas nocivas en el líquido. Además, su elevado precio y el impacto ambiental de los envases deben ser considerados.
Una tercera opción es el agua filtrada. Muchos hogares han optado por incluir sistemas de filtración que buscan eliminar contaminantes del agua de grifo. Para asegurar que esta opción sea saludable, es fundamental realizar un correcto y constante mantenimiento de estos sistemas de filtración.
La elección del agua ideal dependerá de las necesidades y posibilidades de cada persona, pero es indispensable informarse y analizar los riesgos y beneficios.
Tomar decisiones conscientes no solo protege la salud, también contribuye al cuidado del ambiente y al uso responsable de recursos. Comparar costos, calidad y mantenimiento puede marcar la diferencia en el bienestar cotidiano y en el impacto que generamos en el entorno.
Elegir qué agua consumir exige evaluar factores como calidad, costo y impacto ambiental. Informarse y mantener buenas prácticas evita riesgos innecesarios para la salud. Sea embotellada, filtrada o de grifo, lo importante es garantizar su seguridad y optar por alternativas responsables que favorezcan tanto al bienestar personal como al entorno.


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