La última lluvia de meteoros 2025 está a punto de deslumbrar los cielos. Los amantes del movimiento estelar deben anotar en sus agendas la llegada de las Úrsidas, el fenómeno que pronto alcanzará su punto máximo. Esta lluvia es conocida por traer destellos brillantes durante las noches y madrugadas de finales de diciembre.
Las lluvias de meteoros son un espectáculo cósmico que ocurre cuando la Tierra atraviesa corrientes de escombros cósmicos, generalmente dejados por cometas o asteroides. Las rocas espaciales, al golpear la atmósfera terrestre a alta velocidad, se queman y dejan la estela brillante de lo que popularmente se conoce como «estrella fugaz».
Fecha de la última lluvia de meteoros 2025
Las Úrsidas, asociadas al cometa 8P/Tuttle, alcanzarán su punto de máxima actividad desde la noche del domingo 21 de diciembre hasta la mañana del lunes 22 de diciembre de 2025.
Este fenómeno será visible hasta el 26 de diciembre y es especialmente favorable para los observadores en el hemisferio norte.
Según la Sociedad Estadounidense de Meteoros, los observadores del cielo suelen ver de cinco a diez meteoros por hora durante el pico de las Úrsidas, aunque existe la posibilidad de estallidos de hasta 25 meteoros por hora.
Aunque las Úrsidas presentan menos escombros espaciales que otras lluvias más conocidas, como las Gemínidas, su visibilidad este año se verá beneficiada. La Luna estará en una fase de estrecha creciente, lo cual no representará un gran obstáculo y no ocultará los meteoros más brillantes.
Consejos para ver las Úrsidas
Para disfrutar de la última lluvia de meteoros 2025, no se necesita equipo especial. Sin embargo, para maximizar la experiencia, los expertos aconsejan:
- Abrígate bien: Las temperaturas serán bajas, por lo que la comodidad es clave.
- Aléjate de las luces de la ciudad: Cuanto más oscuro sea el cielo, mejor se verá la lluvia.
- Evita las luces brillantes: Una vez que oscurezca, evita usar luces de teléfonos móviles, ya que esto dificultará que tus ojos se ajusten a la oscuridad.
- Ubica la constelación: Los meteoros pueden verse en todo el cielo, pero sus estelas parecerán provenir de un punto central cerca de la constelación de la Osa Menor (el Pequeño Cazo), que le da nombre a la lluvia.
Las Úrsidas, aunque modestas en comparación con sus contrapartes veraniegas o de principios de diciembre, tienen un origen fascinante y bien documentado. Estos meteoros son los fragmentos desprendidos del Cometa 8P/Tuttle, un cuerpo celeste de corto período que fue descubierto por primera vez por Pierre Méchain en 1790 y luego redescubierto por Horace Parnell Tuttle en 1858, de ahí su doble nomenclatura. Este cometa tarda aproximadamente 13.6 años en completar una órbita alrededor del Sol.
Cada mes de diciembre, la Tierra cruza la estela de polvo y escombros que este cometa ha dejado a su paso en sus múltiples viajes. Es este material, que impacta nuestra atmósfera a unos 33 kilómetros por segundo, lo que genera las brillantes rayas de luz que vemos en el cielo invernal. Entender el origen cometario añade una capa de aprecio a este espectáculo celestial.
Para aprovechar al máximo la observación de la última lluvia de meteoros del año, la paciencia y la adaptación visual son herramientas cruciales, incluso más importantes que la ubicación geográfica. Una vez lejos de la contaminación lumínica de la ciudad, los ojos humanos necesitan al menos 20 a 30 minutos para adaptarse completamente a la oscuridad, un proceso conocido como adaptación escotópica.
Durante este tiempo, es fundamental evitar cualquier fuente de luz brillante, incluidos los faros de los automóviles o, como se mencionó, las pantallas de los teléfonos móviles. Si por alguna razón necesitas usar una linterna, utiliza una con luz roja, ya que esta tonalidad minimiza la interferencia con la visión nocturna. Los expertos sugieren acostarse en el suelo sobre una manta o una silla reclinable cómoda, mirando hacia la constelación de la Osa Menor, pero permitiendo que el campo de visión abarque la mayor parte del cielo posible.
El pico de la lluvia de meteoros suele ocurrir después de la medianoche, por lo que abrigarse adecuadamente es vital para una vigilia prolongada y cómoda, asegurando que el cuerpo pueda resistir las bajas temperaturas invernales.
Las Úrsidas tienen un lugar especial en el calendario astronómico, ya que marcan el cierre de los grandes eventos de meteoros del año. A diferencia de las Gemínidas, que pueden producir cientos de meteoros por hora, las Úrsidas son conocidas por su constancia y por sus ocasionales «estallidos» inesperados, donde la tasa horaria puede aumentar dramáticamente de 10 hasta 25 por hora.
Este comportamiento errático, aunque menos predecible, las convierte en una lluvia de meteoros intrigante y emocionante para los astrónomos aficionados. El hecho de que se produzcan justo antes de la Navidad las convierte en un regalo celestial para el hemisferio norte, ofreciendo una vista serena y reflexiva para despedir los fenómenos astronómicos antes de la llegada del nuevo año.
Es un recordatorio de la belleza y la regularidad del cosmos, incluso en las frías noches de diciembre. Este evento final es la pausa perfecta antes de que el ciclo astronómico comience de nuevo en enero, un momento de quietud para contemplar la inmensidad del universo.


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