Los recientes comentarios del presidente Donald Trump sobre la posible reanudación de pruebas nucleares en Estados Unidos han generado preocupación internacional.
El mandatario afirma que el país posee más armas nucleares que cualquier otra nación, mientras que Rusia y China continúan expandiendo sus arsenales. La tensión nuclear también se incrementa por los recientes desarrollos de Corea del Norte y las pruebas de misiles de Rusia, como el misil de crucero Burevestnik y el dron submarino con capacidad nuclear.
Estados Unidos detuvo sus pruebas nucleares en 1992 y firmó el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares en 1996.
Desde entonces, ha confiado en simulaciones computacionales y modelos para garantizar la funcionalidad de su arsenal, además de mantener la “tríada nuclear” compuesta por misiles basados en tierra, bombas transportadas por aviones y misiles lanzados desde submarinos.
Riesgos y consecuencias de reiniciar pruebas nucleares
Expertos en no proliferación advierten que reiniciar pruebas podría desestabilizar la seguridad global. Una detonación estadounidense probablemente motivaría a Rusia, China y otras potencias nucleares a reanudar sus propios programas, desencadenando una nueva carrera armamentista.
Además, el objetivo de estas pruebas sería más político que científico, dado que décadas de datos ya permiten modelar la efectividad de las armas sin necesidad de detonaciones reales.
Preparar y ejecutar una prueba nuclear no es inmediato. Los sitios de prueba, como Nevada, necesitarían años de preparación debido a que han pasado más de 30 años desde la última detonación. El proceso involucra planificación masiva y logística compleja, lo que subraya el alcance y los riesgos de una acción de este tipo.
Cualquier decisión sobre pruebas nucleares tendría repercusiones políticas, económicas y de seguridad internacional, y podría reactivar tensiones que el mundo había tratado de controlar desde el fin de la Guerra Fría.


TE PODRÍA INTERESAR