Pocos nombres en la industria de los videojuegos tienen tanto peso como Shuhei Yoshida, el antiguo responsable de PlayStation. Con una trayectoria marcada por títulos icónicos como Gran Turismo, Crash Bandicoot, Journey y No Man’s Sky, Yoshida se ha consolidado como un visionario capaz de detectar tendencias emergentes, incluso en mercados que Occidente aún subestima.
Durante su reciente visita al Busan Indie Connect en Corea del Sur, Yoshida tuvo la oportunidad de analizar de primera mano la escena independiente del país, una que combina innovación, talento joven y ambición internacional.
Corea del Sur: un gigante en crecimiento
Corea del Sur no es solo conocida por su dominio en los videojuegos móviles; también está emergiendo como un centro de desarrollo de juegos para PC y consolas. Éxitos recientes como Lies of P, Stellar Blade y aventuras únicas como Dave the Diver han puesto a la nación en el radar global.
Yoshida señaló que Occidente comete un error al no prestar suficiente atención a este mercado. Según él, los jugadores aún tardarán unos tres años en reconocer la calidad del producto independiente coreano, pero el talento y la creatividad están presentes desde ahora.
Estudio independiente: la nueva cantera
El veterano de PlayStation destacó que compañías como Nexon, NCSoft, Netmarble, Krafton y Kakao Games (las llamadas 3N y 2K) no solo dominan el mercado tradicional, sino que también funcionan como incubadoras para jóvenes desarrolladores. Gracias a ellas, surgieron estudios independientes que ahora experimentan con géneros y mecánicas innovadoras, apuntando a un público global.
Durante el evento, Yoshida se sorprendió de la escasa presencia de editoras extranjeras, siendo Devolver una de las pocas en el evento. Esto, en su opinión, representa una oportunidad desaprovechada por Occidente para colaborar y aprender de la industria coreana.
Observaciones clave de Yoshida
Un momento revelador fue cuando Yoshida sacó su libreta y anotó nombres de juegos que llamaron su atención, como Master of Piece o Welcome to the Dungeon, demostrando que incluso con años de experiencia, su curiosidad y pasión por el desarrollo de videojuegos siguen intactas.
Su mensaje a Occidente es claro: el talento independiente coreano es un tesoro que no se puede ignorar. Los próximos años serán decisivos para quienes quieran apostar por colaboraciones, licencias y descubrimiento de nuevos títulos que podrían redefinir el mercado global.


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