Un logro que marca un antes y un después en la industria robótica
El AgiBot A2, un robot de 169 centímetros desarrollado por la empresa AgiBot, logró completar una caminata de más de 100 kilómetros durante tres días, convirtiéndose oficialmente en el humanoide que ha recorrido la distancia más larga jamás registrada. La hazaña quedó certificada por el Libro Guinness de los Récords, posicionando este avance como uno de los más relevantes del año en materia de automatización y movilidad inteligente.

La caminata comenzó el 10 de noviembre en Suzhou y concluyó el 13 de noviembre en el icónico Bund de Shanghái. Durante el trayecto, el robot no solo avanzó por autopistas y calles urbanas, sino que además navegó por superficies irregulares y se mantuvo bajo estrictas normas de seguridad vial, lo que demuestra un nivel de autonomía más avanzado que muchos de sus competidores globales.
Un recorrido que desafía la resistencia y la autonomía robótica
El recorrido total alcanzó los 106.286 kilómetros, un número que resalta no solo por su magnitud, sino por el tipo de prueba que implica para un humanoide. Mantener el equilibrio, procesar decisiones en tiempo real, evaluar terrenos y adaptar su marcha son capacidades que hasta hace poco eran extremadamente limitadas en robots de este tipo. El A2, sin embargo, logró mantener una estabilidad constante, lo que según AgiBot se debe a una combinación de sensores avanzados, algoritmos de navegación y un sistema de locomoción reforzado.
Videos compartidos por la compañía muestran al robot caminando entre ciclistas, escúteres y peatones. Aunque en varios momentos su marcha parece rígida, también se aprecia cómo incrementa la velocidad en superficies más estables, demostrando una adaptabilidad dinámica poco común.
AgiBot A2: Tecnología diseñada para labores cotidianas
Aunque la caminata podría hacer pensar que el A2 fue creado para tareas complejas o ambientes extremos, la realidad es distinta. AgiBot explicó que el modelo está diseñado para atención al cliente y asistencia en entornos comerciales, aunque su nivel de autonomía lo prepara para escenarios mucho más variados.
El robot está equipado con un sistema de chat integrado, lo que le permite interactuar verbalmente con personas. Además, puede leer los labios, una capacidad clave para ambientes ruidosos donde la comunicación auditiva es limitada. Esta función coloca al A2 en una categoría superior dentro de los robots de interacción humana.
La compañía también destacó que su diseño ligero, su estructura articulada y su capacidad de interpretar gestos lo convierten en un asistente potencial para áreas como salud, turismo, seguridad privada y logística.
China acelera hacia la era de los humanoides
El éxito del A2 no es casualidad. China se ha posicionado como uno de los líderes globales en inteligencia artificial física, impulsando un ecosistema de empresas emergentes y grandes corporaciones que invierten en sistemas robóticos con forma humana. El gobierno chino incluso organizó en agosto los primeros “juegos robóticos” del mundo, donde más de 500 máquinas compitieron en actividades como baloncesto, limpieza y pruebas de precisión.
Firmas como Morgan Stanley prevén que el mundo podría superar el millón de robots humanoides para 2050, y logros como el del A2 demuestran que la industria avanza a un ritmo más rápido de lo esperado. Para China, este tipo de desarrollos no solo representan innovación tecnológica, sino una estrategia para enfrentar retos futuros como el envejecimiento poblacional, la automatización industrial y la seguridad laboral.
¿Qué significa este récord para el futuro?
Más allá del reconocimiento global, la caminata del A2 representa una muestra clara de hacia dónde se dirige la industria. La capacidad de caminar largas distancias abre la puerta a nuevas aplicaciones, especialmente en sectores donde la movilidad humana es clave: vigilancia, inspecciones, acompañamiento, asistencia en emergencias y trabajos repetitivos.
La caminata también muestra que la robótica se está acercando cada vez más a un equilibrio entre inteligencia artificial, autonomía y funcionalidad real. Ya no se trata solo de robots que ejecutan tareas en línea de ensamblaje, sino de humanoides capaces de interactuar con el mundo físico durante largos periodos sin intervención humana.

Un avance que redefine los límites
El AgiBot A2 no solo rompió un récord; estableció una referencia que otras compañías buscarán superar. Su caminata de tres días simboliza un avance palpable en la ingeniería robótica y abre la conversación sobre qué tan cerca estamos de convivir con humanoides en nuestra vida cotidiana. Con China apostando fuerte por este sector y empresas globales invirtiendo miles de millones, el futuro parece estar caminando —literalmente— hacia nosotros.


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