La salud pública en México volverá a colocarse en el centro del debate nacional tras el anuncio del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2026, que contempla un aumento superior a los 55 mil millones de pesos en el gasto en salud. En total, el presupuesto ascenderá a 996 mil 528 millones de pesos, equivalente al 2.6% del PIB, una cifra que rebasa los niveles previos a la pandemia de covid-19.
Un cambio de rumbo en el sistema de salud
El incremento no es casual. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha enfatizado que la transformación del sistema de salud será una prioridad nacional, con el modelo República Sana como eje central. Esta estrategia apuesta por la prevención, atención médica de calidad, fortalecimiento del IMSS-Bienestar y abasto oportuno de medicamentos.
Además, se dará un impulso especial al programa Salud Casa por Casa, que busca garantizar acceso médico a adultos mayores y personas con discapacidad, con un presupuesto que casi se duplicó.
El lado desigual del presupuesto
Pese al aumento general, no todas las instituciones resultaron beneficiadas. De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), hubo ajustes que impactaron a varias dependencias:
- La Secretaría de Salud tendrá un recorte de 3.2% en términos reales.
- El Issste sufrirá una reducción de 3.6%.
- Los servicios médicos de Pemex, la Sedena y la Marina también enfrentarán disminuciones en sus presupuestos.
En contraste, el IMSS absorberá buena parte del incremento, con un crecimiento de 11.7% en su función de salud, mientras que el IMSS-Bienestar contará con un presupuesto de 172 mil 492 millones, un aumento real del 0.8%.
Una inversión con impacto social
Detrás de las cifras, lo que está en juego es la vida de millones de mexicanos. El incremento presupuestal se traduce en más consultas médicas, acceso a medicamentos y fortalecimiento de hospitales públicos. Para las familias que dependen exclusivamente del sistema de salud público, estas decisiones significan la diferencia entre recibir o no atención oportuna.
El aumento también se sostiene con recursos provenientes de nuevos impuestos, como el IEPS a bebidas azucaradas y cigarrillos, que aportarán más de 41 mil millones adicionales. Una medida polémica, pero que conecta con la visión preventiva de la administración actual.
Un reto de implementación
Los especialistas advierten que, aunque el aumento es positivo, el verdadero desafío estará en la eficiencia del gasto, la transparencia y la correcta distribución entre estados y subsistemas. El recuerdo de la pandemia aún está presente, y la sociedad mexicana exige que nunca más falten médicos, camas o medicinas en los hospitales públicos.


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