Un análisis de datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) ha encendido las alarmas sobre un creciente riesgo de monopolio en los mercados de supermercados rurales del Medio Oeste, una tendencia que amenaza con crear «desiertos alimentarios» y que podría agravarse por los recortes presupuestarios propuestos.
Una crisis silenciosa se está gestando en las zonas rurales del Medio Oeste de Estados Unidos. Nuevos datos del Departamento de Agricultura (USDA) revelan un nivel de concentración de mercado «altamente preocupante» en el sector de los supermercados, lo que plantea un grave riesgo de monopolio que podría dejar a muchas pequeñas comunidades con opciones limitadas y precios más altos para productos de primera necesidad.
El informe se basa en el Índice Herfindahl-Hirschman (HHI), una medida estándar de la competencia en el mercado. Según el análisis, los mercados rurales del Medio Oeste registraron una puntuación HHI de 5,584. Esta cifra es más del doble del umbral de 2,500 que el propio USDA considera «altamente concentrado» y muy por encima del umbral de 1,800 que el Departamento de Justicia utiliza para señalar un riesgo de monopolio.
Esta consolidación del mercado no es un riesgo futuro, sino una realidad que ya estaba profundamente arraigada hace años, según los datos que abarcan hasta 2019.
Las Consecuencias: Precios Más Altos y «Desiertos Alimentarios»
Para las comunidades rurales, las implicaciones de esta concentración son directas y perjudiciales. Cuando unas pocas grandes cadenas dominan el mercado, las consecuencias suelen ser:
* Menos Competencia: Los pequeños supermercados locales e independientes no pueden competir y se ven obligados a cerrar.
* Precios Más Altos: Con menos competencia, las grandes cadenas tienen más poder para fijar precios más elevados.
* Menos Opciones: La variedad y la calidad de los productos, especialmente los alimentos frescos, tienden a disminuir.
* Creación de «Desiertos Alimentarios»: En los casos más extremos, el cierre del último supermercado local puede dejar a toda una comunidad sin acceso fácil a alimentos saludables y asequibles.
Una Contradicción Política
La revelación de estos datos coincide con una aparente contradicción en las políticas federales. La Casa Blanca ha propuesto recortes de casi 7 mil millones de dólares al presupuesto del USDA, incluyendo 721 millones de dólares de los programas de Desarrollo Rural. Estos programas son precisamente los que están diseñados para ayudar a las pequeñas ciudades a establecer y mantener negocios locales como los supermercados.
Además, mientras la iniciativa «Make America Healthy Again» (MAHA) de la administración busca mejorar la nutrición, los recortes propuestos también afectarían a programas como WIC (Mujeres, Infantes y Niños) y los esfuerzos de «de la granja a la escuela», que ayudan a las personas a comprar alimentos.
Esta situación crea una colisión de objetivos políticos: una retórica a favor de la salud pública choca con políticas fiscales y regulatorias que, en la práctica, podrían exacerbar el problema del acceso a los alimentos en las comunidades más vulnerables.
El panorama económico del Medio Oeste es complejo. Mientras la consolidación amenaza el sector minorista rural, otras áreas como la energía y las renovables muestran un nuevo dinamismo. En la región de las Rocallosas, se han identificado vastas reservas de gas natural sin explotar en la formación de Niobrara , y estados como Illinois están avanzando con una nueva generación de proyectos de energía solar comunitaria. Sin embargo, para muchas comunidades rurales, el acceso a un bien tan básico como un supermercado bien surtido sigue siendo el desafío más inmediato.


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