Alimentos que nunca debes meter al microondas; estos son los riesgos

El microondas se ha convertido en un aliado indispensable en muchas cocinas por su rapidez y facilidad de uso. Sin embargo, no todos los alimentos reaccionan bien a este tipo de cocción: algunos pierden textura o sabor, otros pueden estropearse, e incluso ciertos platillos pueden volverse un riesgo para la salud.

Expertos coinciden en que el problema no es siempre el aparato, sino la forma en que se almacenan y manipulan los alimentos antes de recalentarlos.

Los alimentos que no deberías meter al microondas

Entre los casos más comunes están:

• Pasta y guisos: tienden a resecarse o a perder consistencia. Lo ideal es calentarlos en la hornalla con un poco de agua, aceite o caldo para recuperar su textura.
  
• Pizza, pan y bollos: la masa se vuelve chiclosa y pierde crocancia. Una sartén o el horno son mejores opciones.
  
• Pollo frito y papas fritas: el microondas elimina lo crujiente. Se recomienda recalentarlos en el horno o freírlos de nuevo en sartén con poco aceite.
  
• Carne: en el microondas suele quedar dura y seca. Lo mejor es cortarla en rodajas y calentarla lentamente en sartén u horno con líquido.
  
• Huevos con cáscara y frutas con piel (uvas, tomates): el vapor interno puede hacerlos explotar.
  
• Arroz mal almacenado: puede desarrollar bacterias peligrosas, como Bacillus cereus, que sobreviven al recalentado.
  
• Espinacas, betabel y apio: contienen nitratos que, al calentarse, pueden transformarse en compuestos dañinos.
  
• Hongos: si han estado guardados por mucho tiempo, al recalentarlos pueden causar malestar estomacal.
  
• Leche materna: el microondas calienta de forma irregular, destruye nutrientes y puede causar quemaduras.
  
• Salsas con crema o lácteos: tienden a cortarse y pierden su textura original.
  

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¿Cómo aprovechar mejor el microondas?

Aunque no todo puede recalentarse en él, el microondas sigue siendo útil si se emplea bien. Una recomendación básica es ajustar el tiempo de cocción al peso o cantidad de comida, por ejemplo: si un plato tarda 3 minutos, dos platos necesitarán el doble de tiempo.

Ahora ya lo sabes, antes de meter cualquier alimento al microondas conviene pensar en cómo afecta a su sabor, textura o seguridad. A veces, una sartén o el horno pueden ser la mejor alternativa.