Lo que comenzó como una reunión familiar y de amigos en un tranquilo vecindario del noroeste de Baltimore terminó en una noche marcada por el miedo y la confusión. Eran las 8:46 p.m., la gente charlaba y comía cangrejos, cuando el sonido de múltiples disparos rompió la calma.
En cuestión de segundos, seis personas resultaron heridas. Entre ellas, una niña de apenas cinco años que jugaba cerca de los adultos. La bala le alcanzó la mano, pero su vida no corre peligro. Para otros, las heridas fueron más graves: un hombre de 38 años permanece en estado crítico tras una cirugía de urgencia.
Las víctimas y el impacto inmediato
La Policía de Baltimore confirmó que las víctimas incluyen cuatro hombres de 32, 33, 38 y 52 años, una mujer de 23 años y la menor de cinco. Aunque la mayoría sufrió lesiones que no amenazan su vida, el trauma emocional y el impacto en la comunidad son profundos.
Richard Worley, comisionado de la policía, describió la escena como “caótica y dolorosa” y reiteró la urgencia de la investigación.
Operativo policial y primeras pistas
Tras el ataque, las unidades de homicidios y de distrito aseguraron el área y comenzaron a recolectar pruebas: casquillos de bala, grabaciones de cámaras cercanas y testimonios de testigos. Varias calles quedaron cerradas mientras se realizaban los peritajes.
Hasta ahora, no hay sospechosos identificados ni un motivo claro. La policía analiza si el ataque fue dirigido o aleatorio, y si participaron uno o más tiradores.
Una ciudad que ya conoce el dolor de la violencia armada
Baltimore no es ajena a los titulares sobre violencia armada. En los últimos años, la ciudad ha enfrentado una tasa elevada de homicidios y tiroteos, lo que ha generado preocupación por la seguridad de sus barrios.
Este nuevo ataque revive el debate sobre el acceso a armas de fuego y la necesidad de reforzar las estrategias comunitarias y policiales para prevenir la violencia.
Llamado a la comunidad
La policía ha solicitado la colaboración de cualquier persona que tenga información sobre el tiroteo. “Cada pista es importante”, dijo Worley. La línea anónima Metro Crime Stoppers (1-866-7LOCKUP) sigue activa para recibir datos que ayuden a dar con los responsables.
Mientras tanto, la comunidad se mantiene alerta y las autoridades continúan peinando la zona de Queensbury Avenue en busca de evidencias que acerquen a la verdad.
Más allá de la noticia: la herida emocional
Los vecinos no solo recuerdan el sonido de los disparos, sino el miedo en los rostros de los presentes. Padres abrazando a sus hijos, personas corriendo para resguardarse, y sirenas rompiendo la noche.
Para muchos, el desafío ahora no es solo físico, sino emocional: recuperar la sensación de seguridad en su propio hogar.


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