El asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, provocó una respuesta inmediata por parte del Gobierno federal y estatal. Las autoridades confirmaron que se pondrán en marcha nuevas estrategias de protección y despliegue militar en Michoacán, una entidad que sigue bajo la presión de grupos criminales.
Durante una conferencia de prensa, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, lamentó el crimen y calificó el ataque como un acto “cobarde”. Además, aseguró que el Gobierno federal no permitirá impunidad y que las investigaciones continuarán hasta dar con los responsables.
“Lamentablemente los agresores aprovecharon la vulnerabilidad de un evento público para realizar el ataque. Condenamos enérgicamente este crimen y tengan la certeza que no habrá impunidad”, expresó Harfuch.
El Gobierno federal confirmó que se enviarán más elementos del Ejército y de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en Michoacán, especialmente en Uruapan.
Aseguran que Carlos Manzo tenía protección
Pese a las declaraciones sobre la compleja situación en el estado, autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguraron que Carlos Manzo sí contaba con medidas de protección antes del atentado.
El titular de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, explicó que el edil tenía asignado un equipo de seguridad integrado por 14 elementos y dos vehículos de la Guardia Nacional, además de personal de la policía municipal de su confianza.
Trevilla detalló que desde mayo se mantuvo una comunicación directa con Manzo Rodríguez, y que hubo más de seis reuniones con mandos del Ejército y la Guardia Nacional para revisar y fortalecer las estrategias de seguridad en Uruapan.
“Existió una coordinación permanente, un diálogo constante con el personal militar y la Guardia Nacional. Se revisaban estrategias y se reforzaban sectores específicos del municipio”, declaró Trevilla.
Operativos para contener la violencia
Como parte de estas acciones, el Ejército ha llevado a cabo diversas operaciones militares en zonas de alto riesgo. Entre ellas, destaca la Operación Chutani, que se realizó del 1 de mayo al 6 de junio en la región Purépecha con 1,200 efectivos desplegados.
Los resultados de ese operativo fueron significativos: 46 detenciones, 62 armas de fuego aseguradas, más de 11 mil cartuchos y casi 900 kilos de droga decomisada, además de la localización de artefactos explosivos improvisados utilizados por los grupos delictivos.
Posteriormente, se realizó la Operación Chantli, del 15 de junio al 16 de agosto, en nueve municipios de Michoacán, que también dejó varios detenidos, armas y vehículos decomisados.


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