Un “juego tradicional” que cruza la línea de la legalidad
La celebración del 1 de agosto en la comunidad de Kilakán, municipio de Calkiní, Campeche, ha sido duramente cuestionada por un acto que ha generado indignación nacional. Videos difundidos en redes sociales muestran a pobladores —niños y adultos por igual— rompiendo una piñata que contenía animales silvestres vivos, como iguanas y serpientes, los cuales fueron golpeados y capturados tras salir desorientados al romperse las vasijas de barro.
La práctica, defendida por algunos como una “tradición local”, fue denunciada como maltrato animal ante la Fiscalía Especializada en Delitos contra Animales, Ambiente y Ecosistemas, cuyo titular, Alexandro Brown, confirmó el inicio de una carpeta de investigación. La escena ha encendido el debate nacional sobre los límites entre cultura, educación y derechos de los animales.
¿Quién autorizó el evento?
El caso ha cobrado mayor gravedad al saberse que el evento habría contado con permisos oficiales por parte de autoridades locales. Por ello, la Fiscalía confirmó que también se investiga a los funcionarios municipales que autorizaron el acto, a fin de determinar su responsabilidad legal.
Según las autoridades, se trata de una infracción que podría constituir un delito federal, con penas que alcanzan hasta 10 años de prisión para quienes resulten responsables de la organización, participación o autorización del evento.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ya colabora con la Fiscalía para evaluar el tipo de especies afectadas y el grado de afectación a la fauna silvestre protegida.
Infancia expuesta a la violencia: ¿tradición o normalización del abuso?
Lo más preocupante para muchos observadores es la participación activa de niños en el evento. En los videos, se puede ver cómo los menores esperan con palos y bolsas para capturar y agredir a los animales liberados por la piñata. Esta escena ha provocado fuertes críticas por parte de activistas, psicólogos y defensores de los derechos de los animales, quienes alertan sobre la normalización de la violencia en edades tempranas.
La discusión se ha extendido más allá de Campeche, tocando un tema sensible en el país: la justificación de prácticas violentas bajo el amparo de costumbres o tradiciones. Especialistas recuerdan que las tradiciones pueden y deben evolucionar cuando entran en conflicto con derechos fundamentales, especialmente los de seres vivos vulnerables.
Maltrato animal en México: un problema estructural
El caso de Campeche es solo una muestra más del problema estructural del maltrato animal en México, que se manifiesta en diversas formas como abandono, abuso físico, explotación, peleas clandestinas y negligencia. Aunque cada vez existen más leyes en contra de estas prácticas, su aplicación sigue siendo débil en muchos estados.
De ahí la importancia de denunciar cualquier acto de crueldad animal, tanto para proteger a los ejemplares afectados como para castigar a los responsables y evitar que se repitan.
¿Dónde denunciar el maltrato animal?
Si fuiste testigo de un caso similar o conoces situaciones de maltrato, puedes comunicarte con las siguientes instituciones:
- Brigada de Vigilancia Animal (DGBVA)
📞 Tel: 55 5009 1278
Redes: @UCS_GCDMX - Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT)
📞 Tel: 55 5265 0780
Redes: @PAOTmx - Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX
📞 Línea contra el maltrato animal: 55 5533 5533
Redes: @CDMXConsejeria - Fiscalía de Investigación en Delitos Ambientales y de Protección Urbana (FIDAMPU)
📞 Tel: 55 5346 8623 / 55 5346 8916
Reflexión final: una oportunidad para el cambio
Más allá de la indignación que generan casos como el de Kilakán, estos deben servir como punto de inflexión para revisar nuestras tradiciones y la forma en que educamos a las futuras generaciones. La protección de los animales no es una moda ni una exageración: es un imperativo moral y legal. Transformar prácticas crueles en celebraciones responsables es posible, y también urgente.


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