Practicar la respiración profunda consciente es una de las formas más rápidas de calmar el cuerpo y la mente. Dedica 3 minutos a inhalar por la nariz y exhalar lentamente por la boca. Estudios muestran que esto reduce la frecuencia cardíaca y promueve la calma inmediata.
2. Usa la música a tu favor
Crea una playlist con tus canciones favoritas. Según Cleveland Clinic, la música disminuye el cortisol (la hormona del estrés) y mejora el enfoque. Un estudio de Harvard Health demostró que las melodías lentas relajan incluso en entornos hospitalarios.
3. Habla con alguien que te escuche
Compartir lo que sientes con un amigo o familiar puede aliviar los síntomas de ansiedad. Las personas que reciben apoyo social manejan mejor las situaciones estresantes y desarrollan mayor resiliencia, según investigaciones en salud mental.
4. Muévete: tu cuerpo también necesita liberar tensión
No necesitas una sesión intensa de ejercicio. Caminar 10 minutos o hacer estiramientos puede liberar endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y reducen la tensión. Además, el ejercicio regular mejora el sueño y la regulación emocional a largo plazo.
5. Usa aromas que evoquen bienestar
La lavanda, el sándalo o incluso el olor a café pueden transportarte mentalmente a un espacio de calma. Utiliza un aceite esencial o perfume que te conecte con recuerdos positivos. Esto activa la corteza cerebral asociada con la memoria emocional.
6. Habla contigo mismo… pero en positivo
El pensamiento negativo aumenta el estrés. Sustituye frases como “voy a fallar” por “estoy preparado”. Practicar afirmaciones como “puedo con esto” fortalece la confianza y prepara tu cerebro para un mejor desempeño.


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