Una nueva ola de extorsiones telefónicas azota a comerciantes en Cancún. Las autoridades han confirmado que las llamadas amenazantes, que exigen «derecho de piso», se originan desde el interior de penales, exponiendo una grave falla en la seguridad penitenciaria.
La tranquilidad de los comerciantes en Cancún se ve nuevamente amenazada por un delito que, a pesar de los esfuerzos, se niega a desaparecer: la extorsión telefónica. Fuentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y testimonios de víctimas confirman que un número creciente de dueños de negocios están recibiendo llamadas amenazantes de individuos que, operando desde la aparente seguridad de una celda, exigen pagos para no dañar sus establecimientos o a sus familias.
Este modus operandi, conocido como «extorsión desde la cárcel», evidencia las vulnerabilidades del sistema penitenciario y la capacidad de los grupos criminales para seguir delinquiendo incluso estando recluidos.
El Engaño y la Amenaza: ¿Cómo Funciona?
El esquema de la extorsión telefónica desde penales sigue un patrón bien definido, diseñado para generar pánico y forzar un pago rápido:
- Obtención de Información: Los delincuentes a menudo obtienen datos básicos del negocio (nombre, ubicación, a veces el nombre del dueño) a través de redes sociales, directorios en línea o incluso de cómplices en el exterior.
- La Llamada Intimidatoria: El extorsionador se comunica, haciéndose pasar por miembro de un cártel delictivo conocido. Utiliza un lenguaje violento y directo, afirmando que tienen «vigilado» el negocio y conocen los movimientos del propietario y su familia.
- La Exigencia: Solicitan un pago, comúnmente denominado «derecho de piso» o «cuota de protección», que debe ser depositado en una cuenta bancaria o en una tienda de conveniencia en un plazo muy corto.
- Presión Psicológica: Amenazan con incendiar el local, secuestrar a un familiar o atentar directamente contra la vida de la víctima si no coopera o si avisa a la policía.
«Te hablan y te dicen que son de ‘tal grupo’ y que ya te tienen ubicado. Saben el nombre de tu negocio y te exigen dinero para ‘protección’. El miedo te paraliza porque no sabes si es real o no.» – Testimonio anónimo de un comerciante afectado.
El Fracaso de los Inhibidores de Señal
Una de las preguntas clave que surge es: ¿cómo es posible que los reclusos tengan acceso a teléfonos celulares y señal para operar? A pesar de la instalación de inhibidores de señal en los centros penitenciarios de Quintana Roo, la realidad demuestra que estos sistemas son insuficientes o fácilmente vulnerados.
Las autoridades reconocen que la corrupción interna, que permite el ingreso de dispositivos móviles a las cárceles, y la sofisticación de los delincuentes para encontrar «puntos ciegos» en la cobertura de los inhibidores, son los principales factores que perpetúan este delito. Para fortalecer la seguridad, recientemente se realizaron traslados de reos peligrosos, buscando desarticular las redes que operan desde el interior.
¿Qué Hacer Ante una Llamada de Extorsión?
La Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General del Estado emiten las siguientes recomendaciones a la población:
- Mantener la Calma: No entre en pánico. La principal arma del extorsionador es el miedo.
- No Proporcione Información: Nunca confirme ni dé datos personales, familiares o financieros.
- Cuelgue la Llamada: Interrumpa la comunicación inmediatamente. No negocie.
- Denuncie Inmediatamente: Reporte el incidente al número de emergencias 911 o al 089 para denuncia anónima. Proporcione el número telefónico del que recibió la llamada.
- No Deposite Dinero: Bajo ninguna circunstancia realice el pago exigido.
Las autoridades insisten en que la denuncia es fundamental para poder rastrear los números, identificar los patrones de extorsión y tomar medidas tanto dentro como fuera de los penales para desarticular estas redes.


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