El reciente viaje de «Andy» López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, a Tokio ha generado gran especulación. El periodista Carlos Loret de Mola reveló que el motivo principal fue asistir a la inauguración de una exclusiva propiedad de la plataforma de hospedajes Annex, cuyo dueño es su amigo cercano Diego Jiménez Labora.
Esta plataforma cuenta con propiedades en ciudades importantes como Ciudad de México, Venice Beach, Seattle y ahora Tokio. La propiedad en la capital japonesa está ubicada en el barrio de Nakameguro y posee un diseño restaurado con tres recámaras, dos baños y un departamento independiente, orientada al turismo de lujo.
La conexión entre «Andy» y Jiménez Labora va más allá de la amistad. Diego es parte de un grupo conocido como «El Clan», una red conformada por familiares y amigos que, según investigaciones, han obtenido contratos millonarios en diversos sectores, incluyendo el turístico. Esta relación ha puesto bajo la lupa la influencia y tráfico de favores en el entorno político y empresarial cercano a Morena.
Durante su viaje, «Andy» hizo una escala en Seattle, donde también hay una propiedad de Annex, conocida como Harry’s Guest House, que ofrece servicios exclusivos como limpieza diaria y equipamiento premium.
Diego Jiménez Labora, además de su negocio inmobiliario, es propietario de Grupo Eco, la empresa organizadora del Festival Ceremonia, donde ocurrió una tragedia en abril del 2025 que costó la vida a dos fotógrafos. Posteriormente, Jiménez Labora enfrentó una orden de aprehensión relacionada con este incidente, aunque logró una suspensión provisional.
Este viaje y los vínculos empresariales evidencian la compleja red de influencias y negocios entre familiares del expresidente y empresarios cercanos, generando opiniones encontradas sobre el uso de nexos políticos para favorecer intereses privados.


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