El amanecer de este viernes trajo consigo un inusual silencio en varios tribunales y juzgados federales del país. Donde normalmente se escuchan los pasos firmes de abogados y secretarios, hoy solo se vieron pancartas y cadenas en las puertas.
Integrantes del Sindicato Nacional de Renovación (SNR) del Poder Judicial de la Federación (PJF) iniciaron un paro nacional de labores, denunciando falta de insumos esenciales, despidos injustificados y retrasos en el incremento salarial anual.
La justicia en pausa: de la CDMX a los estados
Las protestas se extendieron rápidamente. En la Ciudad de México, los cierres se concentraron en los Palacios de Justicia de San Lázaro, Revolución y Periférico, mientras que en Tabasco, Guanajuato y Nuevo León los trabajadores replicaron la medida, cerrando accesos a tribunales federales y juzgados de distrito.
“Nos quedamos sin papel, sin tóner, sin equipos funcionales, y además están despidiendo a compañeros con años de servicio”, expresó una trabajadora del PJF que participaba en el paro en la capital.
Fuentes internas confirmaron que el Órgano de Administración Judicial (OAJ) emitirá un informe sobre la magnitud del cierre, mientras otras organizaciones, como el Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de la Federación (STPJF), se mantienen al margen, aunque en “alerta solidaria”.
El origen de una crisis laboral dentro del Poder Judicial
Desde hace meses, empleados del PJF han denunciado una creciente crisis administrativa y presupuestal. Los recortes de recursos, derivados de los ajustes federales, han afectado directamente la operación de juzgados, provocando demoras procesales, sobrecarga laboral y carencias materiales que entorpecen la impartición de justicia.
“Los tribunales están operando con lo mínimo. No hay insumos para trabajar, ni personal suficiente. Sin justicia laboral, no hay justicia para nadie”, reclamó un delegado sindical del SNR.
Entre la burocracia y el desgaste emocional
El OAJ asegura estar implementando medidas de contingencia, como la reasignación de contratos para cubrir la falta de materiales y la reparación de equipos dañados. Sin embargo, los trabajadores sostienen que las soluciones han sido tardías e insuficientes.
Además, el retraso en el pago del aumento salarial retroactivo ha aumentado el descontento, generando un ambiente de incertidumbre entre los servidores públicos. El desgaste emocional entre el personal judicial, ya de por sí afectado por la sobrecarga de expedientes, ha alcanzado un punto crítico.
La justicia detenida: el impacto en la ciudadanía
Cada cierre representa decenas de audiencias suspendidas, sentencias aplazadas y procesos congelados. Ciudadanos con juicios en curso se enfrentan ahora a una nueva parálisis institucional que evidencia la fragilidad del sistema judicial mexicano.
Aunque el paro no es generalizado, su impacto simbólico es profundo: la justicia misma está en huelga.
Un llamado urgente al diálogo y la transparencia
El Sindicato Nacional de Renovación exige una mesa de diálogo inmediata con las autoridades del PJF para resolver las demandas laborales y restablecer el funcionamiento de los juzgados. Mientras tanto, los trabajadores mantienen su postura:
“No buscamos desestabilizar, buscamos condiciones dignas para seguir haciendo justicia”.
El desenlace de este conflicto marcará un precedente para el futuro del Poder Judicial, donde la defensa de los derechos laborales y la eficiencia institucional no deberían ser enemigos, sino aliados para garantizar el acceso a la justicia en México.


TE PODRÍA INTERESAR