En una mañanera cargada de anuncios, la presidenta Claudia Sheinbaum reveló una medida que busca transformar la salud pública en México: el incremento de impuestos a refrescos y tabaco no será solo un recurso fiscal más, sino que se canalizará directamente a un fondo de salud para atender enfermedades derivadas de su consumo.
Una medida que conecta economía y salud
México enfrenta desde hace décadas un problema serio: el consumo excesivo de bebidas azucaradas y tabaco está vinculado al crecimiento de enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el cáncer pulmonar.
Sheinbaum lo dejó claro: “Todos los fondos que se recauden van directamente a un fondo de salud”.
La apuesta es sencilla pero contundente: que cada peso recaudado se traduzca en atención médica y programas de prevención.
La historia detrás de la política
En comunidades como Iztapalapa, Juárez o León, madres de familia relatan cómo los gastos médicos por diabetes han consumido los ahorros de toda una vida. Frente a esa realidad, la nueva política busca que lo recaudado con impuestos a productos dañinos regrese a las familias mexicanas en forma de tratamientos, hospitales y prevención.
Es un intento de justicia social: que los productos que afectan la salud sean, al mismo tiempo, la vía para financiar soluciones.
Tabaco y videojuegos: dos caras de la moneda
En el caso del tabaco, el destino será idéntico: reforzar el fondo de salud.
Respecto a los videojuegos, la presidenta descartó una prohibición, pero advirtió que el nuevo impuesto está relacionado con seguridad y contenidos en línea. En próximos informes, el gobierno dará detalles sobre cómo este sector será regulado, especialmente para proteger a los menores de edad.
Impacto esperado en el sistema de salud
Expertos en salud pública ven con buenos ojos la medida, siempre y cuando exista transparencia en el uso de recursos. El fondo permitirá financiar programas contra la obesidad infantil, reforzar hospitales públicos y garantizar tratamientos gratuitos para enfermedades crónicas.
Además, al incentivar la reducción del consumo, se espera que el país dé un paso hacia adelante en la prevención de enfermedades no transmisibles.
Lo que viene: el reto de la implementación
El próximo jueves, el gabinete de salud ofrecerá detalles técnicos sobre la iniciativa: cómo se manejará el fondo, qué instituciones serán responsables y qué metas concretas se fijarán en 2025.
El éxito dependerá de que los recursos lleguen a quienes más lo necesitan y de que los impuestos realmente funcionen como un freno al consumo excesivo.


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