El INE, el TEPJF y el pueblo: ganadores en el tablero político
La reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que desestimó acciones de inconstitucionalidad contra la reforma judicial parece ser el último acto en una serie de movimientos políticos que han puesto a prueba las instituciones democráticas en México. Sin embargo, otro episodio ha capturado la atención nacional: la reelección de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Un mandato polémico: Rosario Piedra y la renovación de la CNDH
1. La llegada de Rosario Piedra: un camino accidentado
Desde su nombramiento inicial, la gestión de Rosario Piedra ha estado marcada por acusaciones de incompetencia, documentos apócrifos y un liderazgo cuestionado que dista de cumplir con las expectativas de un organismo clave como la CNDH. A pesar de ello, su reelección se consumó gracias a una serie de maniobras políticas que incluyeron votos marcados, casillas alteradas y presiones explícitas a legisladores.
2. La sombra de Adán Augusto y Ricardo Monreal
El senador Ricardo Monreal y el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, se han convertido en piezas fundamentales para consolidar el control legislativo en torno a las reformas promovidas por la administración actual. Desde la reforma al poder judicial hasta el proceso que permitió la reelección de Piedra, su influencia demuestra cómo el poder político ha configurado las instituciones a su conveniencia.
Una reforma judicial inapelable: ¿un nuevo paradigma político?
El Congreso, con votos polémicos e incluso «fantasmas», aprobó una reforma judicial que establece que los cambios constitucionales no pueden ser apelados ni alterados. Esto, sumado a la designación de jueces «amigos», plantea un panorama preocupante sobre el equilibrio de poderes y el respeto por la autonomía judicial en México.
¿Por qué sorprendió la reelección de Piedra?
Un patrón repetido
La indignación por la reelección de Piedra parece legítima, pero también plantea una pregunta clave: ¿debería realmente sorprendernos?
El Senado, controlado por Morena y sus aliados, ha mostrado un patrón de acciones que favorecen el centralismo político y las decisiones unilaterales. Desde la recepción del gobernador Rubén Rocha tras su controvertida visita a Estados Unidos hasta los premios internacionales celebrados por figuras como Félix Salgado Macedonio, las señales han sido claras.
Lecciones de una democracia a prueba
- La importancia de los contrapesos: La falta de mecanismos independientes que cuestionen decisiones como la reelección de Piedra evidencia un sistema desequilibrado.
- La necesidad de transparencia: La falta de claridad en los procesos de votación, tanto en la CNDH como en reformas clave, erosiona la confianza ciudadana.
- El papel del pueblo: A pesar de los esfuerzos por centralizar el poder, la participación ciudadana y el escrutinio público siguen siendo herramientas fundamentales para preservar la democracia.
El pueblo mexicano como última línea de defensa
La reelección de Rosario Piedra y las recientes decisiones legislativas subrayan la urgencia de fortalecer las instituciones democráticas en México. Aunque las reglas del juego parecen estar diseñadas para favorecer a unos pocos, el papel del pueblo y de organismos como el INE y el TEPJF se mantiene como un baluarte clave en el tablero político nacional.
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