La reciente victoria de un candidato populista en Estados Unidos y los desafíos en México reflejan una crisis global: la desigualdad extrema es insostenible. Sociedades fragmentadas por la falta de oportunidades terminan tomando decisiones que profundizan la polarización, afectando los derechos humanos, la libertad y la estabilidad económica.
¿Cómo llegamos aquí? La acumulación de poder y sus riesgos
Cuando pequeños grupos políticos o económicos concentran poder, los intereses de las mayorías quedan marginados. Sin diálogo ni negociación, el sistema se convierte en una herramienta que sirve a los poderosos, debilitando la democracia y limitando la prosperidad.
Ejemplos en Latinoamérica
- Dictaduras y populismos extremos han erosionado la confianza en las instituciones.
- Gobiernos autoritarios y polarización perpetúan ciclos de pobreza y violencia.
El resultado: economías estancadas, violencia generalizada y descontento social que alimentan la compra de voluntades bajo promesas de justicia social.
¿Es posible romper este ciclo? El desafío de la desigualdad en México
1. La informalidad y su impacto
Más del 50% de la población económicamente activa en México trabaja en la informalidad, sin acceso a seguridad social. Este fenómeno dificulta la recaudación fiscal y limita los recursos necesarios para atender las necesidades sociales.
2. La urgencia de una reforma fiscal progresiva
Una reforma fiscal adecuada permitiría:
- Redistribuir la riqueza.
- Incrementar los recursos disponibles para educación, salud y seguridad social.
- Garantizar que quienes tienen más, contribuyan más al desarrollo del país.
Lecciones de los Nobel de Economía: instituciones fuertes como clave
Joseph E. Stiglitz y los ganadores del Nobel de Economía 2024 coinciden en que combatir la desigualdad requiere algo más que reformas fiscales:
- Instituciones públicas sólidas que garanticen derechos fundamentales.
- Protección a las minorías y fomento a la libre competencia.
- Inversiones en educación y salud como pilares para reducir las brechas sociales.
Las instituciones no solo promueven el crecimiento económico, también fortalecen el estado de derecho, base para cualquier democracia funcional.
La desaparición de instituciones: un peligro para todos
Cuando las instituciones pierden fuerza o desaparecen:
- Se afecta la libertad: Se debilita la libertad de expresión y los derechos civiles.
- Se frena el crecimiento económico: Sin reglas claras, los inversionistas pierden confianza.
- Aumenta la desigualdad: La falta de instituciones refuerza los abusos y la concentración de riqueza.
Una agenda para el cambio
El camino para enfrentar la desigualdad no es fácil, pero es claro:
- Implementar una reforma fiscal progresiva que equilibre la carga tributaria.
- Fortalecer las instituciones públicas para garantizar derechos y servicios esenciales.
- Promover una visión de desarrollo que priorice la equidad y la sostenibilidad.
México y el mundo enfrentan una encrucijada. Apostar por el fortalecimiento democrático y la justicia social es esencial para evitar un colapso que afecte tanto a las libertades como a la estabilidad económica.
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