Deudas de Pemex: un problema creciente
El panorama financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue complicándose. A julio de 2024, la petrolera acumulaba adeudos de más de 1,700 millones de pesos con proveedores clave, como las empresas de transporte aéreo responsables de trasladar a trabajadores hacia las plataformas petroleras en el Golfo de México.
Este problema no es nuevo, pero ha escalado a niveles alarmantes, afectando directamente la operación de campos marinos que producen el 65% de los hidrocarburos en el país.
Proveedores al límite: helicópteros y barcos en pausa
Suspensión de vuelos
Empresas como Pegaso y ASESA han suspendido sus operaciones debido a los atrasos de pagos. Esto ha obligado a las plataformas a sustituir los helicópteros por barcos para trasladar a los trabajadores. Aunque parece una solución viable, el tiempo de traslado, que antes tomaba minutos, ahora se extiende de 4 a 8 horas, aumentando costos laborales y reduciendo la eficiencia operativa.
Riesgos de seguridad
La falta de transporte aéreo también pone en riesgo a los trabajadores, ya que sin helicópteros no se garantiza una evacuación rápida en casos de emergencia o accidentes en las plataformas.
Afectaciones al transporte marítimo
Las empresas de transporte marítimo enfrentan una situación similar, con facturas sin pagar y contratos detenidos, lo que podría empeorar la crisis logística de Pemex.
Bancos como financistas indirectos de Pemex
La crisis no solo afecta a los proveedores. Los bancos que ofrecen crédito a estas empresas se encuentran en una posición delicada. Muchos han implementado un “modelo informal” en el que consultan a Pemex sobre sus planes de pago antes de refinanciar las deudas de los proveedores.
Los directores bancarios han señalado que este nivel de impago es uno de los peores en años recientes y que amenaza con desestabilizar sectores más amplios de la economía.
Impacto en la producción nacional
El colapso logístico tiene un efecto directo en los niveles de extracción de petróleo, vitales para la economía nacional. Si la situación persiste, el país podría enfrentar:
- Caída en la producción de hidrocarburos.
- Aumento en los costos operativos de Pemex.
- Deterioro de la confianza en la petrolera como socio estratégico.
La reacción de la nueva administración
El actual gobierno, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, enfrenta el desafío de estabilizar las finanzas de Pemex mientras impulsa la recuperación económica en regiones afectadas por la falta de inversiones.
Durante una reciente reunión en Acapulco, Sheinbaum destacó la necesidad de priorizar la seguridad y la reactivación económica en zonas clave del país. Sin embargo, aún no hay un plan claro para abordar la crisis de pagos en Pemex.
Un llamado a la acción inmediata
La crisis de Pemex no es solo un problema de la petrolera, sino un reflejo de las fragilidades estructurales en el sector energético y financiero de México. Resolver este conflicto requiere:
- Un plan de pagos transparente y realista.
- Mayor inversión en infraestructura logística.
- Colaboración entre el gobierno, Pemex y los bancos para evitar el colapso de proveedores estratégicos.
El tiempo apremia, y la estabilidad económica del país podría depender de las decisiones que se tomen en los próximos meses.
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