Las mañaneras: del Palacio del Ayuntamiento a una presidencia consolidada
Hace 25 años, Andrés Manuel López Obrador inició las conferencias matutinas como jefe de Gobierno de la Ciudad de México para combatir la percepción de inacción gubernamental. Con el tiempo, evolucionaron hasta convertirse en una plataforma política que cimentó su camino a la Presidencia. Hoy, Claudia Sheinbaum hereda esta estrategia, aunque inicialmente no estaba convencida de continuarla, la maquinaria de propaganda del sexenio anterior la dejó sin margen de maniobra.
La narrativa política detrás de las mañaneras de Sheinbaum
Con un 78% de aprobación, la más alta registrada desde los años 90 según una encuesta de El Financiero, las mañaneras han probado ser una herramienta eficaz para construir una realidad alterna. A través de estas conferencias, Sheinbaum desactiva críticas, refuerza su narrativa de continuidad y promueve el “humanismo mexicano” como base de su gobierno.
Sin embargo, las mañaneras también son una forma de neutralizar contrapesos democráticos, un fenómeno que Latinobarómetro señala como un riesgo para la calidad de las democracias en América Latina.
Democracia o autocracia: ¿dónde se encuentra México?
El informe de Latinobarómetro de 2024 señala que, aunque el 50% de los mexicanos se declara satisfecho con la democracia, el país muestra una creciente inclinación hacia modelos autocráticos. En 2018, solo el 11% apoyaba un sistema autoritario, pero para 2023 este porcentaje subió a un preocupante 33%.
Con la llegada de Sheinbaum, el péndulo parece oscilar nuevamente: en 2024, el respaldo a la democracia subió al 49%, mientras que el apoyo a la autocracia cayó al 24%. Este cambio de tendencia refleja una lucha emocional y conceptual entre el modelo democrático y el autocrático, influenciado por la narrativa oficial.
¿Qué papel juega la mañanera en este contexto?
La mañanera se ha consolidado como un instrumento de control social y estabilización política. Al igual que AMLO, Sheinbaum utiliza este espacio para descalificar opositores, minimizar críticas y reforzar su visión de país. Sin embargo, a diferencia de su predecesor, Sheinbaum carece del carisma que caracterizó a López Obrador, lo que podría limitar su efectividad a largo plazo.
La combinación de altas expectativas y retos, como la creciente presión de Donald Trump y la fragilidad de las instituciones democráticas, coloca a las mañaneras como un escudo estratégico para manejar percepciones y ganar tiempo ante los nubarrones políticos.
¿Democracia en transformación o una realidad alterna?
En una gira reciente, Sheinbaum declaró que México es “el país más democrático sobre la faz de la Tierra”. Sin embargo, la realidad pinta un panorama más complejo. Mientras se consolida un modelo autocrático, se busca mantener las apariencias democráticas a través de elecciones competitivas y una maquinaria mediática que desinforma y polariza.
El reto para Sheinbaum será demostrar que puede avanzar hacia un modelo democrático robusto, sin depender exclusivamente de herramientas de propaganda. Las mañaneras, aunque efectivas en el corto plazo, no garantizan la estabilidad ni la cohesión social necesarias para enfrentar los retos globales y locales que se avecinan.
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