En medio de una conferencia de prensa que ha sacudido la política de Tabasco, el gobernador Javier May Rodríguez acusó a Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública en los gobiernos de Adán Augusto López Hernández y Carlos Merino, de liderar el grupo delictivo “La Barredora”, una célula asociada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con fuerte presencia en la región. La declaración pública, directa y desafiante, destapó una serie de preguntas incómodas sobre la presunta colaboración entre el crimen organizado y autoridades pasadas.
“Era vox populi”: Las acusaciones del gobernador
Durante la conferencia, May no sólo implicó a Bermúdez, sino también a las administraciones de sus antecesores. “Todos saben, aquí era vox populi quién comandaba ‘La Barredora’”, señaló May ante los reporteros, quienes contestaron al unísono, “Hernán Bermúdez”. La referencia a Bermúdez no fue un comentario casual; el gobernador asegura que tanto la ciudadanía como las autoridades tenían conocimiento de estos supuestos vínculos.
May cuestionó si hubo tolerancia o acuerdos con grupos criminales, sugiriendo que ciertos delitos como el cobro de “derecho de piso” y secuestros no sólo eran conocidos en Tabasco, sino que no se reportaban ni se cubrían mediáticamente en gobiernos previos.
Un cambio en la narrativa mediática
A lo largo de la conferencia, Javier May también criticó a los medios de comunicación, señalando que anteriormente parecían ignorar los hechos violentos en Tabasco. “Ahora es la nota roja lo más importante”, dijo, aludiendo a un cambio en la cobertura de la violencia. Desde que asumió el cargo en septiembre de 2023, May ha enfrentado una ola de violencia que incluye ataques armados, bloqueos y narcomantas.
Narcomantas y amenazas directas al gobierno de May
En las últimas semanas, la tensión entre el gobierno y el CJNG ha escalado. Narcomantas aparecieron en Villahermosa con mensajes dirigidos al gobernador May, sugiriendo que las acusaciones de vínculos con el crimen no están bien fundamentadas. “Querido May, aquí no le hemos calentado… Queremos paz, ese fue el juramento que hiciste”, se lee en una de las mantas, que May describe como intentos de intimidación del crimen organizado.
Esta oleada de amenazas y violencia ha encendido las alarmas en el estado. May ha señalado que estos mensajes forman parte de una “campaña mediática” de los grupos delictivos, con el objetivo de desprestigiar a su gobierno.
¿Pactos en gobiernos anteriores? May exige explicaciones
El gobernador May subrayó que no hará ningún acuerdo con el crimen organizado, comprometiéndose a aplicar una política de “cero impunidad”. Su administración defiende a Víctor Hugo Chávez Martínez, actual secretario de Seguridad, de las acusaciones de presunta corrupción y la venta de “plazas” en el estado, afirmando que no hay vínculos con el CJNG.
Las acusaciones no solo buscan esclarecer la gestión actual, sino que ponen en la mira las administraciones de Adán Augusto López Hernández y Carlos Merino, quienes lideraron Tabasco durante un periodo de consolidación del CJNG en la región.
La respuesta del exgobernador Adán Augusto López
Hasta ahora, el actual senador Adán Augusto López Hernández no ha respondido a las acusaciones. López Hernández, quien dejó la gubernatura de Tabasco en 2021 para sumarse al gabinete presidencial, mantiene un perfil bajo frente a estos señalamientos, pero las palabras de May han generado una presión que podría impulsar a López a responder en algún momento.
Impacto en la política y seguridad de Tabasco
Las declaraciones de Javier May han avivado la tensión entre las distintas facciones políticas de Tabasco y abren la puerta a investigaciones que podrían involucrar a altos funcionarios del pasado. Con la crisis de violencia que vive Tabasco, el gobernador busca marcar un antes y un después en el combate contra el crimen organizado, pero también enfrenta el reto de demostrar transparencia y eficacia en su estrategia de seguridad.
Tabasco en una encrucijada de seguridad y confianza pública
En esta situación, May no solo se enfrenta a grupos criminales, sino también a la desconfianza de un sector que percibe la violencia como una constante en el estado. La política de “cero pactos” del gobernador podría redefinir el panorama de seguridad en Tabasco, pero también lo coloca en una posición de alto riesgo ante un CJNG que ha demostrado su influencia en la región.
Las próximas semanas serán decisivas para conocer la postura de las autoridades y si esta estrategia de seguridad podrá sostenerse frente a los desafíos que plantea el crimen organizado en el estado.


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