En la era de los alimentos procesados, hay frutas que han pasado al olvido, pese a ser verdaderos tesoros nutricionales. Uno de ellos es el zapote, una fruta tropical originaria de América Latina, que fue pieza clave en la alimentación de muchas culturas prehispánicas. Hoy en día, el zapote es casi desconocido para las nuevas generaciones, especialmente en áreas urbanas, pero sus beneficios y sabor inigualable merecen una revalorización.
¿Qué es el zapote y cuáles son sus tipos?
El zapote pertenece a varias especies del género Pouteria y Manilkara, y existen diversas variedades, cada una con características únicas. Estos son algunos de los tipos de zapote más conocidos:
- Zapote blanco: Destaca por su pulpa suave y dulce, de color blanco o crema.
- Zapote negro: Famoso por su pulpa de color oscuro, similar al pudín de chocolate en textura.
- Sapote mamey: De pulpa anaranjada o salmón, su sabor es intenso y es rico en nutrientes.
- Sapodilla: Tiene una pulpa marrón claro, granulosa y muy dulce.
Cada una de estas variedades aporta un perfil de sabor y nutrientes distinto, lo que hace del zapote un fruto versátil y apreciado en la gastronomía tradicional.
Zapote: Un aliado para la prevención de enfermedades
El zapote no solo es delicioso, sino que es un aliado para el bienestar, gracias a su contenido de vitaminas A y C, fibra y antioxidantes. Consumir zapote regularmente puede prevenir diversas enfermedades, veamos cuáles:
Salud cardiovascular
El zapote es rico en fibra, lo cual contribuye a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y promueve una mejor circulación sanguínea. Además, sus antioxidantes ayudan a reducir el daño oxidativo, protegiendo el corazón y las arterias.
Control de la diabetes
Este fruto tiene un bajo índice glucémico, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Su alto contenido de fibra contribuye a estabilizar la glucosa, lo que lo convierte en una opción segura y deliciosa para quienes padecen diabetes o buscan prevenirla.
Mejora de la digestión
La fibra en el zapote facilita la digestión, previene el estreñimiento y mantiene el sistema digestivo funcionando correctamente. Incluir zapote en la dieta puede ayudar a lograr una salud intestinal óptima, lo cual es esencial para el bienestar general.
Refuerza el sistema inmunológico
Gracias a su alta concentración de vitamina C, el zapote ayuda a fortalecer el sistema inmunitario, defendiendo al organismo contra infecciones y enfermedades. Esto lo hace especialmente beneficioso en temporadas de resfriados y gripas.
Prevención del cáncer
Los antioxidantes, como los carotenoides y polifenoles presentes en el zapote, ayudan a neutralizar los radicales libres en el cuerpo. Esto reduce el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, particularmente aquellos relacionados con el daño celular, como el cáncer de colon y de piel.
Salud ocular
La vitamina A y otros carotenoides del zapote son esenciales para la vista. Este fruto contribuye a prevenir enfermedades oculares comunes, como la degeneración macular y las cataratas, ayudando a mantener una buena salud visual a lo largo de los años.
Fortalecimiento de los huesos
El zapote contiene minerales esenciales como el calcio y el fósforo, que contribuyen a la salud ósea. Incorporarlo en la dieta ayuda a mantener huesos fuertes y previene la osteoporosis y otras enfermedades degenerativas de los huesos.
Cómo incorporar el zapote en tu dieta
Si bien puede consumirse fresco, el zapote también se puede utilizar en recetas como batidos, mermeladas, postres y hasta helados. Su sabor dulce y su textura cremosa lo convierten en un ingrediente versátil. Además, es una excelente alternativa para endulzar preparaciones de manera natural, sin añadir azúcar refinada.


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