Durante una entrevista reciente con la periodista Adela Micha, Felipe Calderón Hinojosa, ex presidente de México, señaló a su sucesor, Enrique Peña Nieto, como el principal responsable de la cancelación de la refinería de Atitalaquia, en el estado de Hidalgo. El exmandatario panista afirmó que su administración había dejado el proyecto en marcha, pero fue la decisión de Peña Nieto de no continuar con la obra lo que impidió su realización. Este es un tema que, aunque lleva años sin materializarse, sigue siendo relevante en el contexto de las políticas energéticas que se han implementado en México.
La refinería de Atitalaquia: ¿Un sueño que nunca fue?
El proyecto de la refinería de Atitalaquia fue lanzado con grandes expectativas durante el gobierno de Felipe Calderón en 2008. Su objetivo era aumentar la capacidad de refinación de México para reducir la dependencia de las importaciones de combustibles. Sin embargo, la realidad de este proyecto fue muy diferente. A pesar de que se comenzó con la construcción de la infraestructura básica y la limpieza del terreno, la refinería no logró materializarse como una instalación operativa.
En 2011, Calderón mencionó que la obra estaba en marcha y que, debido a la magnitud del proyecto, sería necesario un lapso de ocho años para su finalización. Según su versión, la ingeniería y la planificación de la refinería ya estaban listas y el terreno había sido adecuadamente preparado. No obstante, el proceso de construcción se detuvo después de su mandato. Calderón expresó que la decisión de suspender el proyecto fue tomada por Peña Nieto, quien asumió la presidencia en 2012.
Peña Nieto y la decisión de cancelar el proyecto
Felipe Calderón ha sido claro en señalar a Enrique Peña Nieto como el responsable de la cancelación definitiva de la refinería de Atitalaquia. En la entrevista con Adela Micha, el ex presidente recalcó que, en su administración, el proyecto se encontraba en su fase inicial, con los trabajos de ingeniería listos para su ejecución, pero fue Peña Nieto quien optó por no continuar con la obra.
La justificación de Calderón fue simple: las refinerías requieren tiempo para su construcción, un proceso que en promedio toma de seis a ocho años. Sin embargo, la obra de Atitalaquia se detuvo tras el cambio de gobierno, y el terreno donde debía erigirse la refinería quedó abandonado. El tema sigue siendo una espina en la memoria colectiva de los ciudadanos y en el debate sobre la política energética de México.
Impacto de la cancelación en la política energética de México
La refinería de Atitalaquia fue parte de una serie de promesas de la administración de Calderón para fortalecer la soberanía energética del país. Aunque la obra nunca se completó, dejó una huella importante en las discusiones sobre el modelo energético de México. Durante el gobierno de Peña Nieto, el tema fue dejado de lado, y el país siguió dependiendo de las importaciones de gasolina y otros productos derivados del petróleo.
En los últimos años, la cancelación de la refinería de Atitalaquia ha sido uno de los puntos de referencia en las críticas hacia la política energética de México. Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco fue anunciada como una medida para reducir la dependencia de las importaciones de combustibles. Sin embargo, la obra ha enfrentado críticas similares a las que se hicieron a Calderón: sobrecostos, retrasos y cuestionamientos sobre su viabilidad financiera.
La refinería Dos Bocas: ¿Una continuación de Atitalaquia?
La refinería Dos Bocas, actualmente en construcción, es vista por muchos como una respuesta a la falta de avance en la refinería de Atitalaquia. El gobierno de AMLO, en su intento de reducir la dependencia de los combustibles extranjeros, decidió retomar el proyecto de las refinerías, y Dos Bocas se ha convertido en la joya de la corona de la estrategia energética del gobierno federal.
Sin embargo, al igual que el proyecto de Atitalaquia, Dos Bocas ha enfrentado numerosos desafíos. Las críticas sobre el impacto ambiental, el aumento de costos y los retrasos en la construcción han empañado el progreso de la obra. A pesar de estas controversias, el gobierno de López Obrador ha defendido el proyecto como un paso fundamental hacia la autosuficiencia energética.
El legado de Calderón y la política energética mexicana
A pesar de las críticas y los contratiempos, el legado de Calderón en el sector energético no se limita únicamente a la cancelación de la refinería de Atitalaquia. Durante su mandato, se implementaron varias reformas estructurales en el sector energético que permitieron abrir el mercado a la inversión privada, aunque muchas de estas políticas fueron modificadas por su sucesor, Peña Nieto, y más tarde por AMLO.
La historia de la refinería de Atitalaquia, que nunca vio la luz, continúa siendo un recordatorio de los desafíos que enfrenta México en su intento de fortalecer su infraestructura energética. Si bien el país ha avanzado en algunos aspectos, aún queda mucho por hacer para lograr la autosuficiencia energética, un objetivo que sigue siendo central en el discurso político de muchos mandatarios.
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