La crisis migratoria lleva a la Unión Europea a un debate sin precedentes. Líderes proponen medidas radicales que eran «impensables» hace años. Descúbrelo.
El debate sobre la inmigración en la Unión Europea ha dado un giro drástico y visceral. Ante la presión en sus fronteras, los líderes europeos están considerando abiertamente medidas «impensables» hasta hace poco, como la creación de centros de retorno fuera de la UE.
La política migratoria de la Unión Europea está en un punto de inflexión. El debate, cada vez más polarizado, ha virado bruscamente hacia la derecha, y sobre la mesa de los líderes europeos se encuentran ahora propuestas que rompen con décadas de consenso y que muchos consideran una externalización de las responsabilidades humanitarias del bloque.
En una reciente cumbre de líderes, el tema migratorio dominó las conversaciones, revelando profundas divisiones entre los Estados miembros. A pesar de haber acordado un nuevo Pacto de Migración y Asilo, el foco se ha desplazado hacia los retornos y la contención fuera de las fronteras europeas. Un grupo de países, liderado por Italia, Países Bajos y Dinamarca, está impulsando un endurecimiento de las políticas, una postura que ha sido legitimada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El «Modelo Albanés» y los centros de tetorno extraterritoriales
La idea más controvertida que se discute es la de establecer centros para procesar solicitudes de asilo y ejecutar retornos en terceros países, fuera del territorio de la UE. Este modelo, similar al acuerdo entre Italia y Albania o el plan del Reino Unido con Ruanda, era considerado «impensable» por fuentes diplomáticas hace solo unos años.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, cuyo país está en primera línea de la crisis, se ha mostrado cauto pero abierto a explorar la idea. «Tenemos que ver si realmente funciona», declaró, refiriéndose al modelo albanés, y no descartó que pudiera «reproducirse a escala europea».
Esta estrategia plantea serias dudas legales y éticas:
* Derechos humanos: Organizaciones humanitarias advierten que externalizar el asilo puede llevar a la violación de los derechos de los solicitantes, que quedarían en un limbo legal en países con sistemas de protección más débiles.
* Eficacia: Los críticos argumentan que estos modelos son costosos, logísticamente complejos y no resuelven las causas fundamentales de la migración.
* Legalidad internacional: El derecho internacional, incluyendo la Convención de Ginebra, establece la responsabilidad de los estados de procesar las solicitudes de asilo de quienes llegan a su territorio.
«El problema del enfoque europeo es que el unilateralismo es un juego en que otros pueden participar también. Muy a menudo, los países de origen y los propios migrantes descubrirán que vale la pena jugar fuera del sistema.» – Informe de FOESSA.
Un reflejo del cambio social y político
Este endurecimiento de la política migratoria no es un hecho aislado. Refleja un cambio más profundo en la sociedad y la política europeas, marcado por el auge de partidos de extrema derecha y una creciente ansiedad pública sobre la inmigración, la seguridad y la identidad cultural.
El debate ya no es sobre cómo gestionar la llegada de migrantes, sino sobre cómo impedirla. La discusión sobre centros extraterritoriales, que antes era tabú, es ahora una opción real sobre la mesa de los líderes de la UE. La decisión que tomen no solo definirá el futuro de miles de personas que buscan refugio, sino también el alma y los valores del propio proyecto europeo.


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